18 de marzo, día de la Expropiación Petrolera
El 18 de marzo de 1938, a las 10 de la noche, el presidente de la república, Lázaro Cárdenas del Río, expidió un decreto por medio del cual, se realizaba la Expropiación Petrolera. Después de varios años de haberse hecho presión de distintas formas por parte de los trabajadores, en busca de mejores condiciones salariales y de trabajo, se llegó a tomar tal determinación.
Durante los últimos años del siglo XIX, diferentes compañías habían efectuado exploraciones en el subsuelo, para tratar de encontrar petróleo. Y durante el gobierno de Porfirio Díaz, se le dio un fuerte apoyo para su extracción al monopolio estadounidense Standard Oil Company, así como al consorcio anglo holandés Royal Dutch Shell. Con el tiempo se presentó una explotación irracional del carburo, con la consiguiente sobreexplotación de los trabajadores, quienes ante esta situación realizaron varias protestas, las que fueron acalladas en forma violenta.
En esta circunstancia, los trabajadores elevaron sus protestas para ser escuchadas por el gobierno, cosa que no sucedió. No obstante lo establecido por la Constitución del 5 de febrero de 1917, en el sentido de que correspondía a la Nación el dominio directo del petróleo, pero siguieron las actitudes sordas de parte de las empresas. En 1931 se promulga la Ley Federal del Trabajo y en 1935 se crea el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), con lo que va adquiriendo fuerza el movimiento de reivindicación de los derechos de los obreros.
Para 1936 el sindicato se incorpora al Comité de Defensa Proletaria, del cual surgiría después la Confederación de Trabajadores de México, la CTM; de esta manera, el sindicato se afianza más en su lucha, siendo Vicente Lombardo Toledano, secretario general de dicha organización, el que le imprime al movimiento una gran fuerza. El sindicato petrolero hizo sui primera convención en 1936, en la que formula un proyecto de contrato general para todas las empresas, que no aceptan la Standard Oil, ni la Royal Dutch Shell, agravándose el conflicto. Vino entonces un paro de 24 horas, intervino el presidente Cárdenas, prometieron las partes patronales acatar el acuerdo, pero no cumplieron.
Lombardo acudió a la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, para pedir que revisaran las cuentas de las compañías; después de efectuada esta investigación, se concluye que sí hay dinero para solventar las exigencias, pero no se consigue una respuesta positiva. Luego, la Suprema Corte de Justicia ratifica el laudo de la Junta.
Como hay una rotunda negativa de los empresarios, se procede a expropiar el petróleo. Una resultante de esta lucha por la justicia laboral, fue que se procedió con una gran unidad por parte de los trabajadores y del gobierno, quedando este hecho como un ejemplo de solidaridad nacional, en el que también de diversas formas tuvo su participación el pueblo, que debe tomarse en cuenta por las sucesivas generaciones de mexicanos.