Firma de los Tratados de Ciudad Juárez

El 21 de mayo de 1911 se firmaron los Tratados de Ciudad Juárez, con lo que se buscaba detener la acción beligerante de la Revolución Mexicana. El marco para la firma del documento fue el edificio de la antigua aduana de la ciudad, hoy convertido en Museo de la Revolución. Allí acudieron, en representación de Porfirio Díaz, Francisco Carbajal, y por la parte revolucionaria Francisco I Madero, así como José María Pino Suárez.
Además de poner un alto a la contienda armada, se establecía con los Tratados, que Díaz habría de renunciar antes de que concluyera mayo, a la vez, que el vice presidente Ramón Corral. Y se convocaría a elecciones presidenciales. Previo a la firma de los dicho acuerdo, se trabajó intensamente en la llamada Casa de Adobe, por parte de Madero y sus más allegados, en la intención de encontrar los lineamientos del acuerdo, con que se ponía fin a una dictadura de más de 30 años.
La Casa de Adobe, ubicada el noreste de la ciudad, en los límites con Estados Unidos, sirvió de cuartel a las fuerzas revolucionarias, desde el mes de abril, y por cierto en 1964 las fuertes avenidas del Río Bravo destruyeron la construcción, por lo que a la fecha se cuenta con una réplica de ella, hecha, según se dice con la mayor semejanza a la que existió y en la que el mártir de la democracia, permaneció planeando el ataque a ciudad, mismo que comenzó el 8 de mayo, para terminar con el triunfo de la causa revolucionaria, el día 10.
En los antecedentes a la toma de Ciudad Juárez, se habla de los amplios preparativos llevados a cabo en la Hacienda de Bustillos, que se encuentra enclavada en el seccional de Anáhuac del municipio de Cuauhtémoc. En ese lugar, Madero hubo de recuperarse de las heridas sufridas en el combate del 6 de marzo de 1911 en Casas Grandes, contra las fuerzas federales. El administrador de la hacienda, propiedad del terrateniente Pedro Zuloaga, su tío Alberto Madero hacía las veces de administrador.
Ese sitio sirvió de escenario para la reunión de Madero con Francisco Villa, quien fue presentado al dirigente, junto con los 200 hombres que formaban el grupo del Centauro del Norte. También se unió a la organización, Pascual Orozco, el que contaba con 500 guerrilleros.

Villa y Orozco, serían puntales en la victoria sobre los federales, en Ciudad Juárez. La marcha para la frontera se realizó en abril, con la circunstancia de que en las diversas poblaciones por donde pasaba, se le sumaban muchas personas, ansiosas de aportar su esfuerzo para derribar el gobierno dictatorial de Porfirio Díaz.
Lejos estaba aún de culminar la contienda armada de la revolución, con la firma de los tratados del 21 de mayo, ya que sobrevendrían distintos acontecimientos cimentados en la lucha por el poder. Sin embargo, un gran avance para la democracia había sido el derrumbe del gobierno porfirista. Se había dado un gran paso en el aspecto electoral, en busca del sufragio efectivo, pero la estructura del viejo régimen había de ser un freno para las inmediatas aspiraciones de hacer una realidad los postulados fundamentales del Plan de San Luis, impulsado por Madero, entre ellos la recuperación de las tierras perdidas por sus legítimos poseedores en tiempos de la dictadura.