SE TIENE QUE DECIR

A los vándalos paz, a los alcaldes gas
Por: CACHO

El título de esta colaboración alude a un hashtag que se convirtió en trend topic en México el pasado martes, debido a que un grupo de 80 alcaldes acudió a Palacio Nacional para solicitar audiencia con el presidente Andrés Manuel López Obrador, para demandarle más recursos para los municipios; sin embargo, fueron dispersados con “aerosol defensivo natural”.
Lo anterior, en contraposición al secuestro de 92 choferes con sus respectivos camiones, efectuado por estudiantes de la Escuela Normal Rural “Lázaro Cárdenas del Río” de Tenería, Estado de México, quienes, violentando las leyes y el estado de derecho obtuvieron “como premio” plazas laborales automáticas, el pago de sus titulaciones, maestrías y doctorados, si así lo desean e incluso, hasta pasto sintético para la cancha de futbol de su plantel.
Eso fue lo que desató la reacción en las redes, criticando la actuación de la Presidencia de la República, agrediendo a autoridades elegidas a través del voto popular y que, de acuerdo con sus declaraciones, no estaban infringiendo ley alguna.
De acuerdo con lo reseñado por la prensa de la Ciudad de México, los alcaldes, emanados de distintos institutos políticos diferentes al que pertenece el jefe del Ejecutivo nacional, se congregaron a partir de las 6:00 horas frente a Palacio Nacional mostrando una lona y letreros con la leyenda “Salvemos a los municipios”.
Los presidentes municipales hicieron uso de pirotecnia y música de banda para llamar la atención sobre su manifestación y contaron con la presencia de habitantes de los diversos municipios.
A dicha manifestación acudieron, además de la presidente municipal de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván, varios jefes de Ayuntamiento de los estados de Querétaro, Jalisco, Nayarit, Nuevo León, Chiapas, Campeche, Yucatán, Guerrero, Coahuila, entre otros.
Cuál sería su sorpresa luego de que al iniciarse un forcejeo en la Puerta Mariana de Palacio Nacional, debido a que el personal de seguridad impedía la entrada a los ediles, varios de ellos recibieron un rocío de un “aerosol defensivo natural” para ser dispersados.
Las imágenes de alcaldes con los ojos irritados dieron vuelta a las redes sociales.
Entretanto, la oficina de comunicación social del gobierno de López Obrador emitió un comunicado de prensa en el que reconoce que se utilizó “una dosis moderada de aerosol defensivo natural” para disuadir a los alcaldes, quienes “pusieron en riesgo la vida de trabajadores” que se encontraban resguardando la Puerta Mariana de Palacio Nacional.
Justificó la acción aduciendo que se ofreció a los munícipes ser atendidos por la secretaría de Gobernación a través de la coordinadora de Atención Ciudadana, Leticia Ramírez Amata, quien ofreció una mesa de trabajo con la dependencia para escuchar sus reclamos.
Continúa el comunicado: “No obstante la respuesta de los alcaldes fue negativa e irrumpieron por la fuerza a través de la Puerta Mariana, con lo que pusieron en riesgo la vida de trabajadores –dado que se trabaja desde andamios en la reparación de la fachada- y peatones, además de que agredieron al personal de seguridad”.
Fue por ello que “con fines disuasivos se dispersó una dosis moderada de aerosol defensivo natural en el ambiente, que no puso en riesgo la vida de ninguna persona”, reza el boletín.
Esto mueve a pensar, en consonancia con los hechos registrados el jueves de la semana pasada en la capital de Sinaloa, en el fallido operativo de captura de Ovidio Guzmán, hijo del narcotraficante preso en EU, Joaquín Guzmán Loera, que para obtener algo del Gobierno federal es preciso romper la ley acabando con el estado de derecho.
El episodio relatado sobre la actuación de los estudiantes normalistas del Estado de México, también obliga a voltear hacia la posibilidad de obtener, no lo necesario, sino lo deseado, a través del chantaje y la violación de leyes.
Sin embargo, la sociedad mexicana no debe caer en este supuesto, por el contrario, debe exigir, que al delincuente se le trate como tal, así se disfrace de estudiante normalista y a la autoridad democráticamente electa se le brinde el respeto y reconocimiento que se ganó en las urnas, pues no son solamente unas decenas de personajes, son representantes de miles de ciudadanos, que también son gobernados por López Obrador.
No se puede despreciar de tal manera a la autoridad.
También hay que resaltar que no se vale actuar a conveniencia, pues se hace ya común la frase “para proteger la vida de personas”, a la cual el presidente de la República está sacando bastante brillo, no se la vaya a gastar muy pronto.
Pues, se tenía que decir… y se dijo.

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