SE TIENE QUE DECIR

¿Golpe de estado o vil chantaje por autovictimización?
Por: CACHO

Evo Morales puso de cabeza a Latinoamérica, en especial a México que, sin que el mandatario boliviano haya solicitado asilo tras haber renunciado a la presidencia, le fue ofrecido por el secretario de Relaciones Exteriores mexicano, Marcelo Ebrard, por instrucción directa del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien además ordenó el envío de una nave de la Fuerza Aérea Mexicana para que lo trasladara a este país.
Se ha hablado mucho sobre un golpe de estado, aunque esto no queda muy claro pues en los hechos, se trató de una renuncia a sugerencia de las fuerzas armadas bolivianas. Un golpe de estado se define normalmente a través de por lo menos dos aspectos:
1.- Los golpes de estado suceden contra gobiernos democrática y legalmente establecidos.
2.- Los golpes de estado no se dan para convocar a elecciones sino para entronar a dictadores.
Lo primero se sustenta en la misma Constitución boliviana que en su artículo 169 dice: El periodo de mandato de la Presidenta o del Presidente y de la Vicepresidenta o del Vicepresidente del Estado es de cinco años, y pueden ser reelectas o reelectos de manera continua por una sola vez.
No se puede minimizar la crisis profunda a la que Evo Morales llevó a su país desde 2016, pues en ese año convocó a un referéndum para eliminar el límite de dos mandatos establecidos en la constitución que él modificó en 2009.
En esa consulta, Evo Morales sufrió su primera derrota desde su llegada al poder, debido a que un 51.3 % de los bolivianos votó en contra de una posible nueva reelección.
Recordemos que fue elegido para su primer mandato el 22 de enero del 2006, tras haber obtenido el 54% de los votos en las elecciones celebradas a fines de 2005.
Sin embargo, luego de tres periodos ocupando la presidencia de su país, se presentó de nuevo, amparado en una resolución del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), que emitió un controversial fallo que permitía a Morales presentarse a elecciones para un cuarto mandato, porque de otra manera “se violarían sus derechos humanos”.
Este año se realizaron las elecciones y Evo ganaba, pero sin obtener más del 50% de los votos, lo que lo obligaría a ir a una segunda vuelta electoral con el candidato más cercano, a menos que obtuviera más de 40% y superara por más de 10% de sufragios a quien ocupara el segundo sitio.
Curiosamente, el equivalente boliviano al PREP mexicano (Programa de Resultados Electorales Preliminares) “se cayó” por espacio de casi 24 horas y al reiniciarse Evo ya tenía superada la diferencia de sufragios de 10% contemplada en la legislación electoral de su país. En México sabemos lo que significa esa “caída del sistema”, no olvidamos el proceso de 1988.
Esta fue la gota que derramó el vaso, se desataron las manifestaciones que condujeron al desenlace antes relatado y que pone en duda pues el primero de los planteamientos hechos sobre un gobierno democrática y legalmente establecido.
En cuanto el punto número dos, ni el Ejército salió a las calles, ni hubo revuelta sangrienta, ni se ha dado el poder absoluto a personaje alguno para que gobierne.
Con la salvedad que los legisladores del Movimiento al Socialismo (MAS, partido de Evo Morales) no acudieron al Congreso, asumió la presidencia del país la segunda vicepresidenta del Senado, Jeanine Áñez, para que convoque a nuevas elecciones.
Lo anterior se dio con la bendición del mismo Tribunal Constitucional que en 2017 había avalado la reelección indefinida del renunciante Evo Morales.
Los jueces encontraron un artículo en la Carta Magna que salvaba los papeles: «El funcionamiento del órgano ejecutivo de forma integral no debe verse suspendido», dictaminó.
Pues bien, Áñez será quien ocupe la titularidad de la presidencia boliviana hasta que se elija a un nuevo mandatario, por lo tanto no se trata de colocar o entronar a alguien en el poder.
Uno de los principales obstáculos que enfrentaba Jeanine Áñez es que no fue reconocida como presidente por países como Cuba, Venezuela, Nicaragua, Uruguay, Argentina y México, pero la presidente encargada cuenta con el apoyo de muchas naciones, incluidas Estados Unidos y Rusia, esta última aunque no apoya la forma pues sostiene que hubo golpe de estado, sí otorga reconocimiento a Áñez hasta que se realice una nueva elección.
Entretanto, Morales declaró ayer en la Ciudad de México que si la Asamblea Legislativa de su país no acepta su renuncia presentada el domingo, está listo para regresar a Bolivia para presidirla hasta nuevas elecciones e incluso, está dispuesto a no participar como candidato en ellas.
Entonces, si quiere regresar ¿ya no hubo golpe de estado?, que forma tan ruin de hacer política y chantajear no a un país, a varios.
Pues, se tenía que decir… y se dijo.

Mostrar más
Botón volver arriba