AMLO es el derrotado moralmente
Por CACHO
En el transcurso de la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador el pasado martes, el mandatario cometió uno más de sus exabruptos, o mostró lo que realmente le importa la situación que guarda el país, soslayando los asuntos que exigen urgentemente una solución, para seguir en la luna de miel con sus fieles seguidores.
En esa conferencia, el Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, entregó un cheque por dos mil millones de pesos, recuperados de la corrupción y la delincuencia, al Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, con los cuales se pagarán los premios del sorteo de la Lotería Nacional, equivalentes al valor del avión presidencial.
Y aprovechando que el fiscal Gertz se encontraba en Palacio Nacional, un reportero le preguntó sobre la propuesta que realizó en días pasados a los diputados de Morena, referente a eliminar el delito de feminicidio del Código Penal.
Ante ese cuestionamiento, López Obrador irrumpió, aduciendo que “la información se ha manipulado, me van a voltear el sentido de esta conferencia, pues no me gusta eso, no quiero que los feminicidios opaquen la rifa, es distorsión e información falsa”.
No quiero que los feminicidios opaquen la rifa. Esa es la calidad moral de quien gobierna esta solidaria nación. Para él es más importante rifar un avión que siempre no se va a rifar, porque ni es de él ni la Lotería Nacional puede entregar premios en especie.
Cuando se enteró que su capricho u ocurrencia, como ustedes estimados lectores gusten denominarlo, no era posible, vino la iluminación: vamos a rifar premios en efectivo, equivalentes al precio del avión.
Feliz ocurrencia, como la ley exige que la Lotería Nacional cuente con la garantía de los premios que otorga a través de sus sorteos, obviamente, antes de realizarlos, aparece “milagrosamente” un cheque por 2 mil millones de pesos, que son en efecto, la garantía exigida a Lotenal.
La idea de la no rifa del avión presidencial es pagar el costo de los 100 premios de 20 millones de pesos cada uno con la emisión de seis millones de “cachitos” con valor de 500 pesos cada uno y con el resto, comprar insumos médicos.
Se espera obtener 2 mil 500 millones de pesos mediante este sorteo, por lo tanto “sobran” 500 millones de pesos para destinarlos al sector salud, aquí cabe una pregunta de primaria: ¿No sería mejor olvidarse de la dichosa rifa y si ya tiene dos mil millones de pesos en la bolsa, vía el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado y usar esos fondos para los insumos necesarios?
No creo que haya respuesta al cuestionamiento, pues equivaldría en palabras del sexagenario mandatario a opacar la rifa, a voltear el sentido de la misma, así como con la pregunta sobre el cambio en la tipificación del delito de feminicidio propuesta por Gertz Manero y “bateada” en el Legislativo.
Pero eso sí, la detención en España (final y felizmente) del exdirector de Pemex Emilio Lozoya Austin, sí merece opacar la no rifa del avión presidencial, de eso sí está bien que toda la prensa pregunte e informe al pueblo bueno y sabio, incluidos los fifís.
No se malinterprete, es un paso adelante el haber detenido a Lozoya Austin, para ver si ahora sí se justifica el asunto de acabar con la corrupción desde arriba (que ha dejado serias dudas por los casos de los bienes relacionados con Manuel Bartlett, su familia y la persona ésa que dice que no es ni su esposa, ni su concubina, pero sí su pareja sentimental y el ex súper delegado en Jalisco, Lomelí, que le vendía medicinas al gobierno siendo funcionario del mismo y no debe hacerlo pues la ley se lo impide).
Ahí están unos botones de muestra de la derrota moral de López Obrador, para él los feminicidios no deben intervenir ni opacar su dichosa rifa, pero sí es bueno que la detención de Emilio Lozoya lo haga. Ésa es la calidad moral del mandatario.
Pues, se tenía que decir… y se dijo.
Posdata: El presidente moral invitó a un centenar de empresarios para venderles cachitos del sorteo, pero sin presiones, los comensales sólo debían escoger si comprarían cachitos por un monto de 20, 50, 100 o 200 millones de pesos.
