DERECHO Y POLÍTICA

Qué hay detrás del saludo de AMLO con la mamá de El Chapo: ¿debilidad o complicidad?
Por CARLA CABELLO

“La política es de códigos”, fueron las palabras de mi padre César Cabello Ramírez, al preguntarle cuál era su opinión sobre el actuar de Andrés Manuel López Obrador, al ir personalmente a saludar a María Consuelo Loera Pérez (mamá de El Chapo Guzmán), durante su recorrido por Badiraguato, Sinaloa.
El presidente que ha decidido combatir la corrupción, que critica a los delincuentes de cuello blanco, el que se asquea con tan sólo pensar en el sistema prianista y quien decidió terminar con el proyecto del aeropuerto de Texcoco por no formar parte de la mafia del poder, se doblegó por segunda ocasión ante los apellidos Guzmán Loera.
No se conformó con ayudar a que Ovidio Guzmán López -hijo de Joaquín Guzmán Loera- no pisara una cárcel mexicana cuando el Ejército ya lo había detenido y, obligó a los militares a rendirse ante el cartel de Sinaloa, sino que ahora moverá sus influencias con el gobierno de Estados Unidos para que la madre de El Chapo pueda visitarlo en el penal de máxima seguridad de Nueva York.
López Obrador envió un mensaje no sólo a México sino al mundo entero, en el que revela que el cartel de Sinaloa tiene la protección de su gobierno y que mientras él siga ocupando la silla presidencial, los intereses de ese grupo delincuencial no se verán afectados.
La justificación del presidente mexicano ante sus dos errores garrafales con la familia Guzmán Loera, es que se trata de “cuestiones humanitarias” y, en ambas ocasiones dejó claro que el Estado de Derecho únicamente existe en la imaginación de quienes ocupamos un espacio en las aulas de alguna facultad de Derecho.
“Es una señora de 92 años…y ya dije que la peste funesta es la corrupción no un adulto mayor que merece todo mi respeto independientemente de quién sea su hijo, a veces le tengo que dar la mano, porque ese es mi trabajo, a delincuentes de cuello blanco”, esas fueron las palabras que López Obrador utilizó para justificar su actuación durante la gira que mantuvo el pasado fin se semana.
Esto confirma que el cartel de Sinaloa nació y creció con el PRI; se fortaleció en los sexenios del PAN, haciendo de Joaquín Guzmán Loera el hombre más poderoso del mundo; y para la Cuarta Transformación, Ovidio Guzmán López, su familia y toda la organización delincuencial, se volvieron intocables.
Que mi expresión te haga pensar.

Mostrar más
Botón volver arriba