DERECHO Y POLÍTICA

Militarización de México tiene fundamento en la Guardia Nacional
Por CARLA CABELLO

La salida de las fuerzas armadas a las calles muy seguramente traerá como consecuencia la violación de Derechos Fundamentales, es decir, aquellos que ya son reconocidos por la Constitución, esta decisión tomada por parte del presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, coloca a las personas en una condición peligrosa.
El acuerdo publicado en días pasados en el Diario Oficial de la Federación (una hoja), sólo se limita a decir que tanto la Secretaría de la Defensa Nacional como la Secretaría de Marina, saldrán a coadyuvar de manera extraordinaria, regulada, fiscalizada, subordinada y complementaria con la Guardia Nacional, sin embargo, no deja facultades expresas a los militares para que comiencen sus tareas en el combate a la delincuencia organizada.
Pero debo destacar que este acuerdo tiene sustento en la creación de la Guardia Nacional, cuando en un hecho histórico, el Congreso de la Unión votó por unanimidad formar esta nueva Policía, que, en teoría estaría bajo el mando de personas civiles, pero lamentablemente sucedió lo contrario, pues está bajo supervisión de elementos y ex elementos de las Fuerzas Armadas y con una representante de la Policía Federal.
Es decir, que el acuerdo publicado el pasado 11 de mayo del presente año, va en la lógica de lo establecido en el artículo quinto transitorio de la reforma a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en materia de Guardia Nacional, que otorga todas las facultades al jefe del Ejecutivo Federal para disponer de las fuerzas armadas y atender tareas de seguridad pública.
Durante el sexenio 2006–2012, México vivió las terribles consecuencias de tener el Ejército en las calles, ya que, si bien es cierto, la Marina y la Sedena son de las instituciones más confiables en el país, no dejan de ser cuerpos bélicos que están hechos para la guerra, en otras palabras, su entrenamiento es para matar y, por más cruel que se lea, esa es la realidad.
Por último, comento que, hasta el día de hoy, la militarización no ha sido la solución para el combate a la delincuencia organizada, por el contrario, ha provocado graves violaciones a los derechos humanos de las personas, incluidas las violaciones al debido proceso, uso excesivo de la fuerza pública, desaparición forzada, entre otras.
Que mi expresión te haga pensar.

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