ENTORNO FISCAL

Ante la pandemia, fiscalización excesiva del SAT

C.P.C., M.I. MOISÉS ARÉVALO MARIÑELARENA

– Los ingresos tributarios aumentaron, aun así, hay recorte al gasto

Buenos días, cada vez resulta más complicado observar cómo el gobierno de México ha respondido ante lo que ya es seguro sucederá; una catástrofe económica provocada por el cierre forzado de negocios debido a la contingencia sanitaria. Ya se anuncio el regreso paulatino a las actividades productivas, lo que todavía no se dice es cómo se asegurará la subsistencia de miles de pequeñas y medianas empresas. No hay interés en hacerlo.
Y es que hace apenas unos días, el pasado sábado para ser exactos, el presidente López Obrador anunció un incremento en la recaudación de impuestos en el primer cuatrimestre del año de un 5% en comparación con el mismo periodo de enero-abril de 2019; ante lo que informó que con ingresos propios, México seguirá saliendo adelante y que no se requiere más deuda, simplemente con ahorro y más ahorro, ¿quién le podrá decir al presidente que su gobierno no está para ahorrar sino para gastar de manera eficiente sus recursos?
No es de extrañarnos el que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público incremente sus ingresos vía impuestos, pues se sabe que la política tributaria de México es fundamentalmente recaudatoria, sin incentivar la inversión. Los contribuyentes cautivos como las empresas, los empleados y los establecidos formales, son los que dan ahora ese gran número de recaudación, y precisamente en el próximo cuatrimestre se caerá ya que a este sector, que le da vida al gobierno, es el que no quieren salvar de la caída económica presente.
Aunado a esto, ahora los sistemas electrónicos establecidos por el SAT para generar información de las operaciones realizadas, han provocado un incremento en la fiscalización en exceso. Con la facturación electrónica generalizada es como el SAT dio inicio la era de la fiscalización electrónica; este esquema internacional que busca que las entidades recaudadoras prevengan y controlen la evasión tributaria, intentando ser más eficientes en sus auditorías digitales, utilizando menos personas y obteniendo números más rápidos en sus determinaciones de fiscalización.
Pareciera que ante la situación económica que se vive, serían tiempos de otorgar estímulos fiscales y no de estar presionando al contribuyente con frecuentes requerimientos de información. Las condiciones económicas con las que ahora trabajan muchas de las empresas no reflejan la recaudación de impuestos que se tiene, me refiero a que se debería de apoyarlas para que puedan salir adelante, ya que el impacto de la economía actual, sumado al recorte presupuestal, y la incertidumbre de cuánto durará esto, no dejará muchos negocios activos.
La discrecionalidad con que actúan las autoridades no da una seguridad jurídica a los contribuyentes, cada vez es más el poder de actuación que las leyes les otorgan a los funcionarios en detrimento de las actividades de negocio; un ejemplo es la publicación que se realizó en el Diario Oficial de la Federación el pasado 29 de abril, donde la misma Raquel Buenrostro Sánchez, jefa del SAT, les delega facultades a los diversos administradores y subadministradores de las oficinas desconcentradas del organismo (a todas las existentes), para que, entre otras cosas, puedan:
• Restringir temporalmente el uso del certificado de sello digital para la expedición de comprobantes fiscales digitales.
• Asimismo, restringir el uso de la Firma Electrónica Avanzada o cualquier otro mecanismo que utilicen para facturar.
• Llevar a cabo verificaciones de comprobantes, declaraciones, verificaciones de domicilio, sin que medie la autoridad correspondiente para ello. (área de auditoría).
• Retener mercancías de comercio exterior (en el caso de la administración de aduanas).
Estas atribuciones otorgadas, entre otras, simplemente dan facultades para que cada área tenga la facilidad de realizar este tipo de actuaciones sin la necesidad de solicitarlo a las administraciones correspondientes. Esto es muy grave, ya que toda persona tanto física como moral que sea contribuyente del fisco federal, está inmersa a la regulación de su actuación fiscal en base a códigos, leyes y sus reglamentos, mismos de los que surgen un gran número de obligaciones y requisitos de cumplimiento, y ahora cualquier autoridad podrá restringir el que se pueda facturar, simplemente por decreto, esto debe de parar.

Ante tanta fiscalización, la recomendación es la de siempre: tratar de contar con un negocio listo en cualquier momento para enfrentar de manera inmediata todos los eventos a que está inmerso, debemos de tener seguridad de que se está trabajando de manera óptima en todos los aspectos, tanto financiero como fiscales, y así evitar sorpresas desagradables, aún en la época del coronavirus.
Agradezco sus cometarios al correo electrónico: moiarevalo@yahoo.com

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