ESQUELETOS EN EL CLOSET

 

¿Por qué en Chihuahua ‘odiamos’ a Def Leppard?

Por Jorge Villalobos

¿Por regionalismo? ¿Por solidaridad? ¿Por rechazo al racismo? ¿Por orgullo? Como que ‘odio’ es una palabra fuerte, ¿no? ¿O en realidad no los odiamos? Quizá solamente un pequeño grupo de rockers de Chihuahua se acuerda de este asunto, que ni siquiera ocurrió en Chihuahua.

La anécdota ocurrida hace ya casi 37 años (hoy es 17 de mayo del año 2020) es recordada como “El incidente de El Paso”. El cantante Joe Elliott se refirió a El Paso, Texas, como “ese lugar con todos esos mexicanos grasientos”. Pero no se me esponje todavía, estimado/a lector/a, hay muchas aclaraciones que hacer al respecto.

Formado en 1977 en Sheffield, Inglaterra, Def Leppard se hizo notar en sus inicios porque sus integrantes apenas eran unos jovencitos de 17 años de edad. En 1980 lanzaron el álbum, ‘On Through The Night’, con bastante éxito (llegaron al número 15 en las listas de álbumes en el Reino Unido), y ‘High ’n’ Dry’ (1981) fue mejor recibido por el público. En enero de 1983 lanzaron ‘Pyromania’, el álbum que los consolidó entre las bandas de metal más importantes del momento.

En la gira para promocionar ‘Pyromania’ ofrecieron 186 conciertos entre febrero de 1983 y febrero de 1984 en Inglaterra, Irlanda, Francia, Bélgica, Suiza, Estados Unidos, Canadá, Suecia, Dinamarca, Italia, Alemania, España, Japón, Australia y Tailandia. Las jornadas en Estados Unidos duraron de marzo a septiembre del ’83.

El 6 de septiembre tocaron en el County Coliseum de El Paso, Texas, pero “El incidente de El Paso” ocurrió en Tucson, Arizona, el día 7. Cuenta la historia que ante la tibia respuesta que el público de Tucson demostraba hacia la banda, el cantante Joe Elliott aprovechó un momento intermedio del show en que él y el baterista Rick Allen permanecían en el escenario haciendo ambiente mientras los demás miembros del grupo (los guitarristas Steve Clark y Phil Collen y el bajista Rick Savage) tenían un breve descanso en el ‘backstage’. Elliot intentó hacer que la audiencia de Tucson demostrara un poco más de entusiasmo, estimulándoles la “sana” competencia entre ciudades cercanas al decirles: “Anoche tocamos en El Paso, ese lugar con todos esos mexicanos grasientos”, y aseguran que entonces el público comenzó a hacer más ruido.

Rick Allen recuerda que se encogió cuando escuchó las palabras de Elliott: “Intenté agacharme detrás de la batería, mirando por encima, pensando: ‘No, no dijiste eso. ¡No podrías haberlo hecho!’. Por fortuna nadie entre la audiencia pareció notarlo”.

En apariencia, Rick, porque el reportero que cubrió el espectáculo publicó la nota en el ‘Arizona Daily Star’. Y retembló en su centro la Tierra.

En El Paso las radiodifusoras inmediatamente eliminaron de su programación toda la música de Def Leppard y el director de programación de la estación KLAQ, Arin Michaels, posó rompiendo una portada del álbum ‘Pyromania’ que fue publicada en ‘El Paso Herald-Post’. Joe Loya, director de distrito de la League of United Latin American Citizens (LULAC, Liga de Ciudadanos Latino Americanos Unidos) exigía una disculpa pública y el alcalde Jonathan Rogers propuso un boicot contra el grupo, vetándolos para que “nunca” volvieran a presentarse en concierto en El Paso.

Los miembros de Def Leppard no supieron de esta reacción hasta el 26 de septiembre, cuando ya habían concluido su gira en Norteamérica. El día 30 Joe Elliott llamó por teléfono a la KLAQ y Arin Michaels le concedió casi diez minutos al aire para que hiciera su disculpa pública ante los radioescuchas de El Paso.

“No fue pensado como algo para hacer daño… como soy inglés, en realidad no entendí que fuera semejante insulto… yo no vivo en El Paso, así que de hecho no comprendo qué es bueno o malo decir, y obviamente esa noche cometí un gran error. No fue intencional… ya sabes, un poco de charla juguetona con el público. Eso es todo lo que se suponía que era. Si he ofendido a alguien, entonces lo siento mucho”.

Elliott ofreció a la radiodifusora entregar playeras y souvenirs para obsequiar a los fans, incluso llevar a un par de ellos a algún concierto próximo de la gira en Europa, pero eso ofendió a Joe Loya (el de la LULAC), quien lo calificó como “un soborno”.

Mientras tanto, el manager de la banda, Cliff Burnstein, fue informado de que en California la comunidad hispana también estaba molesta por “El incidente de El Paso”. Elliott acudió el 23 de noviembre en persona a El Monte, California, donde ofreció una conferencia de prensa para pedir disculpas nuevamente y hacer un donativo de quince mil dólares de su propia bolsa a organizaciones benéficas locales representantes de los jóvenes latinos (en un alarde de sentido práctico y falta de sentido común, Elliott se preocupó por la relación de la banda con el público hispano-latino-mexicano en las fronteras del sur de Estados Unidos e hizo un donativo en California en lugar de hacerlo en Texas).

“Esto es mucho más difícil de hacer que un concierto. Me gustaría disculparme públicamente. La declaración… se dijo durante una parte muy emotiva del concierto cuando estaba tratando de aumentar la participación de la audiencia… lo último que necesitan los mexicoamericanos cuando intentan deshacerse del estereotipo es que yo o cualquier otra persona haga tales declaraciones… mi única excusa, aunque soy inglés y he pasado la mayor parte de los últimos tres años en este país, es que la mayor parte de lo que he aprendido sobre los estadounidenses es a través de los medios… fue estúpido de mi parte hacer una acusación tan falsa”.

En algún momento Elliott mencionó que el comentario de los “greasy mexicans” fue ocasionado al recordar a un pequeño grupo de asistentes al concierto en El Paso que estuvieron escupiendo hacia la banda, lanzándoles botellas y objetos (se dice que al finalizar el concierto encontraron una estrella metálica de cinco puntas, de las ‘shuriken’ ninjas, incrustada en un amplificador). “Juro que ese comentario estaba dirigido a esos cinco chicos, no a nadie más en El Paso…” La referencia de “mexicanos grasientos” se le vino a la mente a Elliott “simplemente porque soy fanático de Cheech y Chong, y ellos lo usan todo el tiempo”.

(En efecto, el epíteto encuadra perfectamente en la idiosincrasia chicana de la que se nutrieron Richard ‘Cheech’ Marin y Tommy Chong para hacer su estilo de comedia en los años setenta. Más aún, como una prueba de sinceridad de la admiración de Elliott, en la canción “Rock of Ages” hay una línea que dice: “Watch the night go up in smoke” [“Mira la noche deshacerse en humo”], coincidentemente, la primera película que hicieron en 1978 Cheech y Chong se titula ‘Up In Smoke’. Claro que no es lo mismo cuando un chicano usa un término como “greaser” para hablar coloquialmente con un paisano que cuando un inglés viene y lo dice ante una audiencia de algunos miles de personas).

Pues sí, se le concedió su derecho de réplica a Joe Elliott, sin embargo, según Jorge Villalobos existe una máxima no escrita del periodismo, “Palo dado ni Dios lo quita”, y fuimos más los que conocimos “El incidente de El Paso” por rumores que los que escucharon las disculpas públicas de Elliott.

Finalmente, el boicot contra Def Leppard fue conjurado por la LULAC el 31 de diciembre de 1983, considerando que había sido “un éxito”. Pero esto no había acabado todavía, nononó.

La banda concluyó su gira mundial en febrero de 1984 para luego dedicarse a escribir y grabar material para su próximo álbum, pero el 31 de diciembre el baterista Rick Allen sufrió un accidente automovilístico en el que perdió el brazo izquierdo y, confiando en el futuro, el resto del grupo decidió que no continuaría si no era con él, lo cual lograron dos años después.

En 1986 lanzaron un nuevo álbum (muuuy exitoso) y comenzaron una nueva gira que para el otoño del ’87 llegaba a Estados Unidos, pero el concierto en El Paso contemplado para febrero del ’88 fue cancelado ante las amenazas de muerte que recibió Joe Elliott. Al parecer, cuatro años y medio después todavía había personas resentidas por “El incidente de El Paso”.

Fue hasta enero del año 2000 cuando Def Leppard volvió a presentarse en concierto en El Paso, ante un público que pertenecía a una nueva generación que ignoraba el incidente (o ya no le importaba).

¿Y todo esto qué tiene que ver con Chihuahua? Algunos fans de Ciudad Juárez y Chihuahua asistieron al concierto en El Paso, y dado que “El incidente de El Paso” ocurrió al día siguiente en Tucson, ninguno de ellos fue testigo presencial del mismo. Vagamente recuerdo que la revista ‘Rock Pop’ (editada en el DF, hoy CDMX) publicó la nota, con un tono de ofensa nacional. En Chihuahua se conoció “de oídas”: “El cantante de Def Leppard dice que los mexicanos son unos mugrosos”. “Es racista, por eso siempre trae camisetas y shorts con la bandera de Inglaterra”.

Los rockers locales, solidarios como ellos solos, reaccionaron rechazando a Def Leppard; claro que nadie convocó a quemar sus discos, pero sí se les consideró “non gratos” y se dejaron de usar las playeras y los souvenirs alusivos al grupo o con la bandera del Reino Unido. Yo en lo particular, que acostumbraba dibujar y redibujar los logotipos de mis bandas favoritas en las tapas traseras de mis cuadernos de secundaria, excluí definitivamente el de Def Leppard. No recuerdo si las radiodifusoras locales eliminaron su música de sus programaciones, pero tampoco recuerdo que alguien intentara reivindicarlos. Y esto duró años.

En octubre del año 2003 comenzamos el programa ‘Esqueletos en el Closet’ en Radio Universidad, y nuestro “productor ejecutivo”, Jimmy Soon, nos hizo algunas advertencias: “No podemos poner canciones con letras explícitas, olvídense de ‘Hair of the Dog’ de Nazareth; tampoco podemos poner nada de los Beatles porque ya hay un programa dedicado a ellos en RU. ¡Ah! Y no podemos tocar nada de Def Leppard”, “Pero Jimmy, ¿por qué no Def Leppard? Eran buenos, hace mucho, sí, pero eran buenos”, “No, Def Leppard no. No es por mí, es por todos”.

¿Y entonces qué, ‘odiamos’ a Def Leppard o no?

Por supuesto, si usted, estimado/a lector/a, conoció a Def Leppard cuando volvieron en la segunda mitad de los años ochenta con su muuuy exitoso álbum y su baterista con un solo brazo, o en épocas posteriores, es probable que ignore todo este asunto y que no forme parte de los rockers chihuahuenses solidarios-antiracistas-orgullosamente-nacionalistas que ‘odian’ a Def Leppard.

Yo en la particular tengo una respuesta propia y muy personal a la pregunta, que intentaré explicar, con su merced, el próximo domingo.

* (Información tomada de los sitios web deflepparduk.com y klaq.com)

Comentarios, sugerencias, dudas o desavenencias acerca de “Esqueletos en el closet” son atendidos al correo electrónico esqueletosenelcloset@hotmail.com.

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