Hugo López Gatell, gestor que la autocomplacencia le impide ver la realidad

En los últimos días, la figura del subsecretario Hugo López Gatell ha sido duramente cuestionada por la gestión que este está realizando sobre el Coronavirus en el país azteca. En este sentido, hablamos de una reiterada autocomplacencia de un cargo político, la cual está generando el hartazgo de una sociedad, ahora preocupada por una amenaza más que visible como es el Coronavirus. Y es que, ya en un inicio, la tranquilidad que mostraba el presidente AMLO, en un escenario en el que la pandemia se estaba cobrando cientos de miles de vidas en todo el mundo con el paso de los minutos, era un claro peligro para un país que, como México, debía aplicar medidas de contención para evitar el virus.

Como iba diciendo, en los últimos días, la figura del subsecretario López Gatell ha salido públicamente en los medios de comunicación, haciendo alusión a una situación que, bajo sus afirmaciones, era considerada como una situación “controlada”. En este sentido, el mensaje López Gatell se centró en el continuo contraste de datos, analizando situaciones de terceros países que, a diferencia de México, presentaban una situación más agravada que la situación que vive, en estos momentos, el país azteca. Y claro, la autocomplacencia y el mal de muchos, en un escenario en el que hablamos de una amenaza desconocida que, sin precedentes y que ha acabado con la vida de miles y miles de personas pese a la resistencia de sistemas sanitarios tan robustos y bien calificados como el español, debería, como poco, preocupar a los propios gobernantes en el país.

Así, junto con la propia gestión del presidente Andrés Manuel López Obrador, la gestión del subsecretario López Gatell se ha mantenido en la línea que ha seguido hasta ahora la ejecutiva mexicana: contener la histeria colectiva en el país, antes que contener el propio virus que amenaza a la sociedad. Esta situación, sabiendo que los políticos, en muchos escenarios -incluyendo aquí a Estados Unidos o la propia España-, se miran el ombligo y miran por los cargos que ostentan, incluso antes que mirar por la propia sociedad, es muy complicada de lidiar públicamente. Y es que, si algo se exige a los gestores en tiempos de pandemia, además de contener la posible histeria social, es la protección de una sociedad incapaz de adoptar medidas, más allá del confinamiento, para acortar la intensidad del virus.

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