CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD

“No es muy difícil atacar las opiniones ajenas, pero sí el sustentar las propias: porque la razón humana es tan débil para edificar, como formidable ariete para destruir” (Jaime Balmes).
Por FerMan

Continuando con el análisis del Informe elaborado y publicado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en diciembre de 2019, titulado “Corrupción y Derechos Humanos”, tenemos que por su parte, en el ámbito universal, la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, fue adoptada el 31 de octubre de 2003 y entró en vigor el 14 de diciembre de 2005, contando con la ratificación de 186 Estados miembros de la ONU.

Asimismo, han surgido una serie de instrumentos que son relevantes en materia de la lucha contra la corrupción y que considero importante mencionarlos, como la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, adoptada el 15 de noviembre de 2000; la Convención para combatir el Cohecho de Servidores Públicos Extranjeros en Transacciones Comerciales Internacionales, adoptada por la Conferencia Negociadora del 21 de noviembre de 1997 de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (la OECD por sus siglas en inglés).

Es en este contexto que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, resalta la importancia de la creación de Comisiones especiales para apoyar la lucha anticorrupción con la cooperación de organismos internacionales. Tal es el caso de Guatemala, que hasta septiembre de 2019 funcionó, por un periodo de más de 12 años, la Comisión Internacional Contra la Impunidad (CICIG), de la cual en anteriores publicaciones hemos estado detallando su importante labor en el combate a las mafias del poder, que desafortunadamente, dichas mafias fueron más poderosas, puesto que, sin importarle la voluntad popular, que según encuestas realizadas, el 70% de la población de Guatemala aceptaba y estaba de acuerdo con la permanencia de la CICIG en dicho país, no obstante, como ya se indicó, el poder de estas mafias pudo más que el pueblo y, utilizando el poder político de gobiernos corruptos, echaron fuera de Guatemala a la CICIG.

Además, en Honduras fue instalada la Misión de Apoyo contra la Corrupción y contra la Impunidad (MACCIH) con el apoyo de la OEA, corriendo la misma suerte que la CICIG en Guatemala; y en El Salvador, también se ha creado, más recientemente, la Comisión Internacional Contra la Impunidad (CICIES), auspiciada también por la OEA, misma Comisión que es la única que actualmente se encuentra vigente y en funciones, deseando desde este espacio, que permanezca por muchos años y aporte el alivio al pueblo salvadoreño que tanto necesita en el combate a la corrupción e impunidad, elevando una oración a Dios para que no corra la misma suerte que la CICIG y la MACCIH.

Igualmente, aprovecho el anterior antecedente para hacer una reflexión, esto es, quienes estuvimos, y muy de cerca, conociendo las actividades que desarrollaban tan importantes Comisiones, especialmente la CICIG, y sobre todo, en cuanto a las relevantes investigaciones que realizaron, nos sorprende que por voluntad de quienes estaban siendo acusados por actos de corrupción, tanto en el entorno económico como político, hayan sido los mismos que echaran a la borda, más de 12 años en el combate a la corrupción e impunidad en Guatemala, pues si analizamos los archivos publicados sobre el tema, podemos concluir que, quienes fueron los que influyeron para no renovar el mandato de la CICIG, además del Presidente en turno, que dicho sea de paso, estaba siendo investigado por actos de corrupción, también intervinieron grandes poderes económicos, todos con la intención de evitar ser investigados y continuar con el “estatus quo” que han tenido durante siglos.

Es duro aceptarlo, pero la verdad no debe, por ningún motivo, dejar de decirse. Por eso, la CICIES, aún es la esperanza de quienes estamos comprometidos en el combate de la corrupción e impunidad, fenómenos criminales que ya se ha dicho hasta el cansancio, perjudica siempre a quienes menos tienen. En México, no estamos ajenos a este fenómeno criminal, por ello me pregunto, ¿Hasta cuándo podremos contar con una Comisión Internacional Contra la Impunidad y el combate a la Corrupción?, la respuesta la dejo en el aire, esperando que por la grandeza de mi México querido, sea pronto…muy pronto.

“Fiat Justitiae, Pereat Mundus”.

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