«El poder tiende a corromper, y el poder absoluto tiende a corromper absolutamente todo» (John Acton).
Por FerMan
Continuando con el tema del combate a la corrupción, ha sido muy publicado en días pasados la captura del exgobernador del Estado de Chihuahua, César Duarte. No puedo dejar de manifestar que dicha detención, en sí misma, es un paso muy importante en el combate a la corrupción e impunidad que ha prevalecido por años en nuestro país; por supuesto, no niego que aún falta mucho para ver cumplido el tan anhelado deseo de justicia del pueblo chihuahuense, y que quien dio el primer paso en cuanto a la privación de la libertad del ex mandatario fueron las autoridades de los Estados Unidos de Norteamérica.
Sin embargo, lo anterior sucedió, gracias a las múltiples solicitudes que previamente se habían realizado por parte de las autoridades del Estado de Chihuahua, a las autoridades Federales quienes a su vez las elevaron a las norteamericanas. Este hecho abre una pequeña brecha de esperanza a la justicia, de quienes día a día luchan contra los actos de corrupción y a favor de una cultura de legalidad. Elevo mis oraciones para que hayan más actuaciones como éstas, que dan un mensaje contundente en contra de la corrupción, y que las mismas no sean consecuencia de intereses políticos, esto es, que si uno de la “izquierda” cometió un delito, que lo sienten en el banquillo de los acusados y que se imparta justicia; pero si uno de la “derecha” realizó actos al margen de la ley, que también sea juzgado por ello, y que tanto al uno y como al otro, se le garanticen sus derechos humanos respetando siempre el debido proceso, considerándoseles inocentes hasta en tanto no se les pruebe lo contrario, a través de una sentencia condenatoria.
La lucha contra la corrupción nunca se termina, pues por desgracia, cuando se procede en contra de funcionarios corruptos que en su momento ostentaban la autoridad, muchas de las veces, las autoridades en turno, también cometen actos fuera de la ley. Es por eso que los ciudadanos debemos estar muy atentos a todas las acciones que emprenden los gobiernos para exigirles la transparencia debida y el correcto manejo de los recursos públicos, debemos levantar la voz ante las injusticias, ante todo aquello que vulnere el Estado de Derecho.
No queda más que felicitar a los chihuahuenses y por supuesto a las autoridades que lograron sentar en el banquillo de los acusados a un corrupto, deseando que este logro no sea aislado sino que sea el preámbulo de muchos otros de igual naturaleza, todo con el único objetivo de que la justicia impere en nuestro México querido, recordando que si las autoridades de un Estado están dominadas por la corrupción, se resquebraja la confianza de la población en el gobierno y, con el tiempo, en el orden democrático y el Estado de Derecho.
“Fiat Justitiae, Pereat Mundus”.