POR LOS RINCONES DE LA HISTORIA

30 de julio, aniversario de la muerte de Hidalgo

Más de tres meses estuvo preso Miguel Hidalgo en la Villa de San Felipe el Real, hoy ciudad de Chihuahua, antes de ser fusilado. Hecho prisionero en las norias de Acatita de Baján, Coahuila, el 21 de marzo de 1811, junto con Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Jiménez y cerca de mil insurgentes, llegó a dicha población el 23 de abril.
Al día siguiente de ser aprehendido, mataron a un hermano suyo, y empezó su recorrido rumbo a la Ciudad de Chihuahua. Se narra que tanto a él como a Allende, Jiménez y Aldama los subieron a mulas, haciéndolos montar como las mujeres, «a mujeriegas», como suele decirse. De esta manera se hizo más penoso y agobiante el viaje, iban esposados, en la noche dormían en el suelo.
Se refiere que al llegar a Chihuahua, los insurgentes venían casi «muertos de hambre». Hidalgo fue llevado al ex colegio de la Compañía de Jesús. En el juicio aceptó haber levantado ejércitos, dirigido manifiestos y ser responsable del asesinato de españoles en Valladolid y Guadalajara. No se podría hacer nada, más que aceptar las acusaciones. Se refiere, por algunos autores, que se retractó de la lucha que había encabezado,
El canónigo Fernández Valentín, por órdenes del obispo de Durango, procedió al acto de degradación, el 29 de julio. El juez lo condenó a muerte. Desde julio de 1800, el Tribunal de la Inquisición tenía abierto un proceso contra Hidalgo, acusándolo de hereje, de seguir las ideas de los enciclopedistas, sospechoso de ateísmo y materialismo.
El 30 de julio a las siete de la mañana fue fusilado en el sitio, que hoy se conoce como El Altar de la Patria. Fueron por un experto en cortar cabezas, según parece a la ranchería de Nombre de Dios, para que hiciera lo propio con el Padre de la Patria; después su cabeza fue exhibida en la Alhóndiga de Granaditas, en Guanajuato, durante varios años.

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