A DECIR VERDAD

 

La golpiza de La Combi y la Justicia

Por Rubén Iñiguez

 

Lo curioso del asunto, es que quizá existan más elementos para que el presunto asaltante denuncie a quienes lo golpearon, a que los pasajeros lo denuncien a él por robo. Si lo piensan, sólo fue una tentativa de asalto, el robo nunca se consumó.

Ese tipo de razonamientos jurídicos enloquece a la ciudadanía, le parecen absurdos. Y, sin embargo, existen razones para que la Ley sea así, pero es difícil explicárselo a la gente que no sabe de leyes o de Derecho.

No quiero que esto se mal interprete, comprendo a la gente, y como ciudadano también estoy harto de tanta delincuencia y violencia en todo el país, con cifras muy tristes y alarmantes.

Pero como estudioso de la ley, el linchamiento público, o hacerse justicia por su propia mano, es un camino muy peligroso que seguir como sociedad.

Muchas de las peores injusticias en este mundo se han hecho al amparo de la “Justicia Popular”.

Es precisamente la razón de la existencia del Derecho, que nació como un mecanismo social para evitar la barbarie de la venganza privada, la Ley es civilizatoria en ese sentido.

Y el problema de fondo aquí, son los tortuosos e ineficientes procesos del sistema de justicia, pues aparte de que puedes durar horas denunciando, en la mayoría de los casos, nunca se resuelve nada.

En este caso del “Ratero de la Combi”, por ejemplo, si las personas sólo hubiesen detenido al presunto asaltante y entregado a la Policía, aún tendrían que haber ido al Ministerio Público a levantar una denuncia, dar sus nombres y apellidos, etc. Y eso en México es muy peligroso.

A pesar de que ya existe una Ley de protección de datos personales, los delincuentes buscan la forma de cómo sustraerlos para tomar represalias contra quienes les denuncian. Parece un callejón sin salida, pero tenemos que exigir a las autoridades cumplir con su trabajo, es la única manera. Si no sirven que se vayan.

Las cosas no van a cambiar hasta que nosotros, a través de los mecanismos de democracia, hagamos valer nuestra voz y nuestra legítima exigencia por un México más seguro, en donde se cumpla la Ley y se castigue a todos sin distingo y excepción.

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