ENTORNO FINANCIERO

La corrupción y la economía no son compatibles
C.P.C., M.I. MOISÉS ARÉVALO MARIÑELARENA

Buenos días, en medio de los escándalos de los últimos días, generados por la detención del ex director de PEMEX Emilio Lozoya Austin y las declaraciones de supuestos implicados en casos de corrupción dentro de la dependencia, en conjunto con la empresa Odebrecht; nuestro país sigue padeciendo la peor caída económica de su historia y no hay quién la detenga.
Sin ser experto en el tema de medios, me resulta curioso el giro que se le está dando al asunto Lozoya, pues ha tenido ocupados a todos los frentes noticiosos, señalando a políticos de cualquier partido, excepto desde luego de Morena; y se da en medio de una crisis de salud y económica que ha dejado muy mal parado al gobierno federal quien ha manejado erráticamente ambos escenarios, provocando un descenso en la aceptación de las políticas y del gobierno de López Obrador; eso es lo que quieren revertir.
El mismo presidente, el pasado martes en la “mañanera” exhibió el video de los sobornos otorgados a panistas para que se diera la aprobación de la tan mencionada Reforma Energética en el sexenio pasado; expresando el mandatario que dicho video muestra la “inmundicia” del régimen de corrupción.
También expresó su molestia porque el video no se difundió en las televisoras, y que estas le dieron menos importancia que al video de René Bejarano, pues ese sí circuló hasta a nivel internacional, y este nuevo video sólo en las “redes sociales” ¿No sabrá el presidente que las redes sociales están en todo el mundo?
Derivado de esto, la duda que surge es si de algo le sirve al país tanto circo, si el caso de corrupción detectado se llevará bajo el debido proceso y concluirá en la recuperación de los bienes públicos, o bien lo único que importa es el lado político, ahora que dentro de unos meses son los votos los que necesitan. Los medios internacionales (Washington Post) están ya indicando cómo en este caso la política le gana a la justicia, y describe cómo el presidente ha politizado la situación.
Al parecer ahora a ningún actor político le interesa ya la situación imperante de la sociedad mexicana; el desempleo, la falta de medicamentos y la pésima situación de los trabajadores de salud, la sequía y el robo del agua en Chihuahua, la caída de la economía en más de un 20 %, las muertes lamentables por el Covid-19, y así podré citar más casos.
La corrupción de antes y la de ahora es la misma, no se ve ningún cambio, la calificación que Transparencia Internacional le otorgó a México en el año de 2019 lo indica; el lugar 130 de 180 países en el Índice de Percepción de la Corrupción, fue sólo la mejora de un punto respecto del lugar que teníamos en el pasado sexenio del 131, seguimos estando en los resultados más bajos de los últimos 10 años; qué tanto afectará esto en las inversiones en nuestro país, tan necesarias que lleguen de fuera según lo expresó el secretario de Hacienda, Arturo Herrera.
Tal vez ahí este el problema fundamental, México como país emergente necesita seguir captando inversión extranjera directa a los niveles de otros años, pero nuestros altos índices de corrupción no nos han permitido dejar de ser un país en vías de desarrollo ya que no se capitaliza de manera adecuada la captación de inversión, pues esta no se refleja en los bolsillos de los mexicanos, y sólo en unos cuantos se concentra la riqueza generada en la Nación.
En recientes comunicados, la SHCP ha manifestado que la recaudación de impuestos lograda este primer semestre del año en nuestro país ha superado a lo estimado, lo que representa en comparación con años anteriores una recaudación excelente si consideramos las condiciones económicas deficientes con las que se ha venido operando, derivado por una parte de la crisis económica mundial por el Coronavirus, y por otro lado la falta de voluntad y disposición de nuestras autoridades para poder al menos minimizar el impacto de esta crisis; esto habla muy bien del ciudadano mexicano.
La riqueza fundamental de México está en su gente, los mexicanos ya estamos listos para comenzar nuestro proceso de cambio cultural, social y en general para agregar esos elementos que pueden servirnos a determinar nuestro futuro como una entidad de ciudadanos conscientes y honestos, dispuestos a erradicar esos resultados negativos en que internacionalmente nos tienen ubicados, el gobierno deberá entonces de sentar las bases para establecer una cultura de legalidad y honestidad hacia dentro, que nos motive y lleve a un comportamiento íntegro como ciudadanos y que ambas cosas se reflejen en bienestar económico y social. Se ve difícil en estos momentos, por lo pronto sólo Pan y Circo.
Agradezco sus comentarios al correo electrónico: moiarevalo@yahoo.com
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