ESQUELETOS EN EL CLOSET

 

Brian Jones, la piedra que dejó de rodar
Por Jorge Villalobos

 

Ya concluyó el mes de julio. El día 26 trascendió en la prensa internacional una de esas notas de relleno informando que Mick Jagger alcanzó la edad de 77 años, acompañada por algunos datos acerca de su progenie, sus romances y otros detalles de su vida personal que no trascienden en su carrera profesional como cantante y compositor de los Rolling Stones, que es por lo que lo conocemos.

Días antes, el 12, se conmemoró una fecha que sí es significativa en la historia de los Stones: se cumplieron 58 años de su primera presentación en concierto. Eso no lo encontré en la prensa, ni siquiera como nota de relleno.

Tampoco hubo periodista/editor/responsable de medios que recordara la triste efemérides stoniana del día 3 de julio: la muerte de Brian Jones en 1969.

Brian Jones fue el fundador de las Piedras Rodantes en 1962. Al anuncio que puso en la revista ‘Jazz News’ buscando músicos para formar una banda contestó el pianista Ian Stewart, quien trajo consigo a dos entusiastas del blues, el cantante Mick Jagger y el guitarrista Keith Richards,a los que conoció ensayando con la banda de Alexis Korner, Blues Incorporated, los pioneros del r&b en Inglaterra. En su primera presentación como sexteto en el Club Marquee de Londres les acompañaron el bajista Dick Taylor y el baterista Tony Chapman.

Bill Wyman sustituyó a Taylor como bajista tras una audición de requisito (aunque su inclusión en el grupo tuvo mucho que ver con el hecho de que poseía un amplificador de marca). Tuvieron varios bateristas en ese periodo, pero le echaban el ojo al del Blues Inc., Charlie Watts, más orientado al jazz, quien al verse presionado por Alexis Korner a decidir entre ser músico profesional con su grupo o dedicarse a su trabajo como diseñador gráfico publicitario, prefirió unirse a los Stones (iluso, creyó que con ellos podría tocar por hobby y ya lleva 58 años anclado ahí).

Entra en escena Andrew Loog Oldham, que percibió el potencial de la banda y se ofreció a ser su representante y productor. Su primer paso para posicionar a los Stones fue sacar del grupo a Ian Stewart; según Oldham, Stewart tenía un aspecto demasiado adulto que contrastaba con el de los demás miembros del grupo, además de que seis caras eran muchas en las fotos publicitarias, así que limitó su participación a acompañarlos en el estudio de grabación y manejar la logística de los conciertos; desde entonces a Stewart se le conoció como “El Sexto Stone”, que continuó trabajando con la banda hasta su muerte a causa de un paro cardiaco en 1985.

Conseguir un contrato de grabación fue un prodigio de oportunismo de parte de Oldham: consiguió que el grupo audicionara para Dick Rowe, el encargado de A&R (“artistas y repertorio”) de Decca Records que rechazó contratar a los Beatles en 1962 y ahora se lamentaba por su mala decisión al ver cómo los Beatles acaparaban las listas de éxitos y aumentaban las ventas de discos para la compañía EMI. Había que encontrar quién les hiciera frente a los Beatles, y los Rolling Stones parecían poseer el potencial para tal hazaña.

La imagen de “chicos malos” que Oldham ideó para los Stones fue la contraposición a la de los Beatles, que luego de su impacto inicial en 1962 habían logrado la aceptación del público en general. Mientras los Beatles se presentaban aún con sus trajecitos sin cuello y sus carismáticos y afables rostros inmaculados, los Stones aparecían a tocar en ropa de calle, con suéteres de cuello de tortuga, camisas rayadas y pantalones de pana que no combinaban, y si bien al principio los Beatles fueron criticados por el largo de su cabello, los Stones lo usaban tan desaliñado que los cortes “Arturo” de los Beatles pasaron a ser cosa normal.

Oldham promovía al grupo haciendo circular rumores entre la prensa para que el público tuviera la percepción de que los Stones eran sucios, desgarbados, viciosos y amenazantes; por iniciativa de Oldham los tabloides ingleses publicaban encabezados con frases como “¿Pemitiría usted a su hija salir con un Rolling Stone?”.

Aunque el líder era el fundador Brian Jones, con el apoyo de Oldham el cantante Mick Jagger fue adquiriendo cada vez más protagonismo en la banda. Más concretamente, la preferencia por hacer covers de blues que Jones había impuesto a la banda le estorbaba a Oldham en su estrategia comercial. Las ventas de discos generan regalías monetarias para los autores de la música, así que Oldham alentó a Mick Jagger y a Keith Richards a seguir el ejemplo de John Lennon y Paul McCartney de componer sus propias canciones; Jagger diría cosas y Richards les pondría musiquita.

Resultó que sí podían, e incluso generaron un estilo propio que cortaba el cordón umbilical con el r&b y además distaba mucho del beat de los Beatles. La transición no le agradaba mucho a Jones, que no sabía componer canciones, sin embargo, le dio la oportunidad de desarrollar exponencialmente sus habilidades como músico.

Sus antecedentes musicales se limitaban al ámbito doméstico: su madre tocaba el piano y el órgano y dirigía el coro de la iglesia en su localidad de Cheltenham, y su padre, un ingeniero aeronáutico, también era maestro de piano. Acostumbrado desde niño a la música clásica, al empezar su adolescencia tomó preferencia por el blues y el jazz; a los 15 años sus padres le obsequiaron un saxofón y a los 17 una guitarra acústica.

Pero cuando comenzó a participar creativamente en los arreglos musicales para las composiciones de Jagger/Richards frotó la lámpara de su genio musical. A pesar de no aparecer acreditado como compositor individual en ninguna canción del catálogo de los Stones, algunos instrumentales se le deben a él (hay una pequeña cantidad de canciones acreditadas a “Nanker/Phelge”, seudónimo que usaron para incluir como autores a los cinco miembros de la banda más el productor Andrew Loog Oldham).

Las contribuciones de Jones son precisamente lo que hace interesante a la música de los Rolling Stones. Entre Jones y Richards desarrollaron un estilo en el que las guitarras se combinaban de forma que ambos tocaban ritmos y melodías, lo que Richards llama “el antiguo arte de tejer”. Richards componía la base musical, los ostinatos o ‘riffs’ que daban identidad a cada canción, limitándose a usar la guitarra eléctrica o acústica, pero Jones le añadió “sabor” y variedad a toda esa música cuando comenzó a experimentar con otros instrumentos musicales, con varios de los cuales era primerizo.

En un rápido recuento de algunas canciones stonianas que se vieron ampliamente enriquecidas con el uso de instrumentos alternativos al típico conjunto de rock o blues, Jones interpretó:
– Armónica en “Little Red Rooster”, “Come On”, “Stoned”, “Not Fade Away”, “2120 South Michigan Avenue”, “The Under Assistant West Coast Promotion Man”, “Dear Doctor” y “Prodigal Son”, entre muchas otras.
– Kazoo y armónica en “Cool, Calm and Collected”.
– Guitarra slide en “Little Red Rooster”, “I Can’t Be Satisfied” y “No Expectations”.
– Arpa en “On With The Show”.
– Autoarpa en “Ride On, Baby” y “You Got the Silver”.
– Saxofón en “Child Of The Moon” y “Dandelion”.
– Saxofón, trompeta, trombón y tuba en “Something Happened To Me Yesterday”.
– Flauta dulce en “Ruby Tuesday”.
– Órgano en “Let’s Spend the Night Together”.
– Mellotron en “She’s a Rainbow”, “We Love You”, “Stray Cat Blues”, “2,000 Light Years From Home” y “Citadel”.
– Tanpura en “Mother’s Little Helper”.
– Sitar en “Paint It, Black”.
– Dulcimer en “Lady Jane”.
– Marimba (o quizás vibráfono) en “Under My Thumb”, “Out of Time”, “Back Street Girl” y “Yesterday’s Papers”.

Por supuesto que no se puede decir que Jones fuera un virtuoso ejecutando cada uno de dichos instrumentos, pero los arreglos logrados son bastante dignos y encajan a la perfección; algunos de ellos son los riffs principales de las canciones en que fueron incluidos, como en los casos de la victoriana “Lady Jane”, la machista “Under My Thumb” y la hindú “Paint It, Black”.

A pesar de su despliegue creativo e innovación musical, Jones fue relegado a miembro de segunda categoría en el grupo que él mismo había formado, vencido por la voracidad del representante en alianza con el dueto de compositores. A pesar del éxito comercial, entre 1965 y 1967 la relación entre el apoderado Oldham y la banda se debilitó cuando se descubrió que el primero recibía el 14 por ciento de las regalías de las canciones pero solamente reportaba a la banda el 6 por ciento, además de la cuota de 25 por ciento que cobraba a la banda por honorarios de representación. Al ser despedido, Oldham vendió sus derechos de participación en los Rolling Stones a su nuevo apoderado, Allen Klein, que también habría de defraudarlos en el futuro cercano, pero esa es otra sabrosa historia de traición que se conecta, entre otros artistas, con los Beatles y con Sam Cooke (lea en Esqueletos en el Closet “¿Un cambio vendrá?”, http://www.laparadoja.com.mx/2020/06/esqueletos-en-el-closet-7).

Sin embargo, haciendo honor a la reputación de ser un Rolling Stone, a la larga Jones comenzó a desarrollar depresión y abusar del consumo de drogas, con lo que su comportamiento se volvió errático y su capacidad para contribuir en la banda se vio mermada. Entre 1967 y 1969 protagonizó algunos incidentes que lo confrontaron con las fuerzas del orden, un par de arrestos por posesión de drogas y un accidente en motocicleta, lo cual trajo como consecuencia que las autoridades de inmigración estadounidenses le negaran una visa de trabajo necesaria para la gira proyectada para noviembre de 1969.

Sus compañeros decidieron continuar sin él y reclutaron en su lugar al guitarrista Mick Taylor, quien había tocado antes con los Bluesbreakers de John Mayall. El 9 de junio de 1969 Jones hizo el anuncio público de su separación del grupo de manera que pareciera de mutuo acuerdo.

Poco tiempo antes, en noviembre de 1968, Jones había adquirido la residencia Crotchford Farm (el lugar donde su antiguo propietario, A. A. Milne, ubicó el mítico “Bosque de los Cien Acres” para desarrollar las historias de Christopher Robin y su osito de felpa Winnie-the-Pooh). Ahí se retiró Jones a pasar una temporada mientras proyectaba formar un nuevo grupo musical, para lo cual había establecido contacto con músicos como Alexis Korner, Ian Stewart, John Lennon, el tecladista Alan Price (que había tocado con The Animals), Mitch Mitchell (baterista de Jimi Hendrix) y el productor Jimmy Miller. En algún momento Jones expuso que pretendía seguir el estilo de música que interpretaba Creedence Clearwater Revival.

Apenas tres semanas después de su separación de los Rolling Stones, en la madrugada del 3 de julio, el cuerpo de Jones fue encontrado inánime en el fondo de la piscina de la residencia por su novia Anna Wohlin. Su muerte fue reportada como ahogamiento accidental, notando dilatación de hígado y corazón por abuso de drogas y alcohol. Tenía 27 años de edad.

El 5 de julio los Rolling Stones ofrecieron un concierto gratuito en Hyde Park en Londres ante una audiencia calculada entre 250 y 300 mil personas, presentando a su nuevo guitarrista Mick Taylor y de última hora haciendo un homenaje a su fundador Brian Jones, en memoria de quien liberaron miles de mariposas y Mick Jagger recitó un fragmento de la elegía ‘Adonais’, escrita en 1821 por Percy Bysshe Shelley (esposo de Mary Shelley, autora de ‘Frankenstein’) por la muerte de su admirado amigo, el poeta John Keats.

¡Paz, paz! No está muerto, no duerme
Ha despertado del sueño de la vida
Estos nosotros que, perdidos en visiones tormentosas, mantenemos
con fantasmas una contienda sin provecho,
y en loco trance, golpeamos con el cuchillo de nuestro espíritu
nadas invulnerables. —Nos pudrimos
como cadáveres en un osario; miedo y congoja
nos convulsionan y nos consumen día a día,
y esperanzas frías pululan como gusanos dentro de nuestro barro vivo.

El Uno permanece, los muchos cambian y pasan;
la luz del Cielo brilla para siempre, las sombras de la Tierra vuelan;
la Vida, como una cúpula de cristal multicolor,
mancha el blanco resplandor de la Eternidad,
hasta que la Muerte lo pisotee en fragmentos. —¡Muere,
si quieres estar con aquello que buscas!
¡Sigue hacia donde todo ha huido!

* Comentarios, sugerencias, dudas o desavenencias acerca de “Esqueletos en el Closet” son atendidos al correo electrónico esqueletosenelcloset@hotmail.com.

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