CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD

“Si hay un Idiota en el Poder, es porque quienes lo eligieron están bien representados” (Mahatma Gandhi).

Por FerMan

 

El fenómeno de la corrupción ha logrado impregnarse en todas las ideologías políticas, por lo que no podemos excluirlo de una u otra, lo anterior debido a que lógicamente son creadas y sostenidas por seres humanos. No puedo ni debo justificar la corrupción imperante en administraciones pasadas, que por desgracia aumentó exponencialmente, por lo que abogo para que todos aquellos funcionarios del nivel que hayan sido, que cometieron actos de corrupción, sean llevados ante la justicia; sin embargo, tampoco puedo ni debo soslayar la creciente corrupción en la actual administración de Andrés Manuel López Obrador, la cual también por desgracia, va aumentando exponencialmente.

Veo con mucha preocupación que la administración actual está tejiendo una red de corrupción que pronto estará cooptando las instituciones del Estado, convirtiendo a México, de un Estado Democrático a un Estado Autoritario, lo cual por supuesto es sumamente grave. Lo anterior lo señalo porque son varios los actos que, en los dos años de la administración de AMLO, se han visto que ha realizado y en consecuencia se han debilitado varias Instituciones del Estado, con el supuesto argumento del combate a la corrupción.

Es conocido por todos que, muchas de las titulares de algunas de esas instituciones se han visto obligadas a renunciar, como las que presidían la CONAVIM, CONAPRED, y la CEAVE, entre otras. Pero lo más lamentable es lo sucedido con la eliminación de 109 fideicomisos que apoyaban a la cultura, la ciencia, el deporte y la defensa y protección de los derechos humanos. Esta acción por sí misma es un acto de corrupción, además de un claro acto de autoritarismo, propia de un gobierno totalitario.

No es posible que en un país democrático se deje de apoyar la cultura, la ciencia, el deporte y mucho menos la defensa y protección de la libertad de expresión, y de los derechos humanos; ahora bien, suponiendo sin conceder que en dichos fideicomisos existía corrupción, lo lógico era realizar investigaciones serias, objetivas e imparciales que llevaran a sentar en el banquillo de los acusados a los responsables, pero de ninguna manera, eliminarlos. Ahora bien, si el gobierno tuviera una estrategia, un mecanismo o bien un plan para hacer frente a las consecuencias que acarreará la eliminación de dichos fideicomisos, tal vez se podría justificar su eliminación, pero por ningún lado se ven indicios de que así sea, esto es, no hay en concreto por parte del gobierno federal, planes, programas o mecanismos que vengan a sustituir los instrumentos de financiamiento que fueron eliminados.

Pero uno de los fideicomisos que más preocupa, es el que aportaba financiamiento para la protección a periodistas y defensores de derechos humanos, el cual se había logrado después de muchos sacrificios sufridos para que el Estado Mexicano les brindara medidas de atención, apoyo y seguridad.

Sin embargo, pareciera que al gobierno de AMLO eso no le interesa, y vuelve a colocar a los periodistas y defensores de derechos humanos en peores circunstancias que en las que se encontraban, sin entrar al tema del riesgo que en México conlleva realizar dichas funciones. Lo más lamentable es que, se eliminan estos fideicomisos pero se aumenta el financiamiento al Ejército Mexicano, un mensaje más que directo de AMLO para, en su momento, utilizar las fuerzas armadas a efecto de someter al totalitarismo a todos aquellos que se opongan a sus intereses, lo que suelen hacer aquellos dictadores que llegan al poder de manera democrática, pero luego no se quieren ir y tejen toda una trama para sostenerse en el poder, utilizando por supuesto las fuerzas armadas, tal como lo vemos por desgracia en Venezuela.

Es importante referir lo que arrojó una investigación de la Asociación “Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad”, quienes develaron que los recursos destinados al Ejército pasaron de 4,000 o 5,000 millones de pesos -durante los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto- hasta los más de 30,000 millones a mediados de este año con el gobierno de López Obrador, lo que se trata de uno de los montos más altos de los fideicomisos públicos que no eliminó el Gobierno Federal.

Con estos augurios, debemos mantenernos alertas porque se vienen tiempos difíciles para la democracia de nuestro país.

“Fiat Justitiae, Péreat Mundus”.

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