Impacto emocional de los duelos por Covid-19

Por: M.E. Selene Medrano

Unidad de Psicología

Facultad de Medicina y Ciencias Biomédicas

 

Actualmente vivimos en un mundo en donde nuestra atención está tan enfocada en las redes sociales y medios digitales. Lo que se publica en las mismas tiene gran impacto en nuestra percepción de lo que vivimos en el día a día, en el cómo pensamos, cómo actuamos y hasta en el cómo sentimos.

Ante la creciente saturación de la información en medios de comunicación referente a las muertes por COVID-19, nuestra percepción y sentir del día van cambiando, nos vuelve más vulnerables y más escépticos ante un futuro incierto y cambiante.

Cómo imaginar el que nuestros seres queridos se convierten en tan sólo números, en estadísticas de una terrible pandemia que nos agobia al mundo entero.

Pasan de ser personas con nombre, edad, gustos y preferencias, de haber tenido un color favorito, una comida favorita, a tan sólo ser un número más en esta creciente ola de enfermedad, tanto física como mental.

Esto afecta de gran manera tanto en lo personal como en lo individual. Tanto es el impacto que bien lo vivimos una vez inicio la tan famosa “Cuarentena”, en donde sin medida gran cantidad de personas asistieron a los supermercados a comprar papel higiénico en cantidades exageradas, a este fenómeno se le conoce como FOBO, (Fear Of Better Option), mismo que fue propagado mediante redes sociales y en los noticieros locales.

Ahora bien, imaginemos el gran impacto que tuvo esto sobre nuestras mentes, en el cómo esto perjudicó la manera en la cual voy a actuar.

Toda información que sea publicada y que llegue a nosotros tendrá un impacto positivo o negativo de manera física y/o emocional dentro de nuestro ser.

Si estamos en una constante de bombardeo de información “negativa”, va a ocasionar cambios dentro de nuestra bioquímica cerebral, bajando la dopamina y serotonina, alertando a nuestro cerebro de que corremos “peligro”, lo cual lo va a llevar a la liberación de adrenalina y cortisol para mantenernos alertas de cualquier catástrofe que pueda llegar a ocurrir. Estaremos en una constante de alerta, y es normal y natural que nuestro cuerpo y nuestras emociones reaccionen ante ello, pero estar expuestos a cierta cantidad y por cierto tiempo, comenzará a llevarnos a un desgaste físico y emocional.

No podemos vivir constantemente en alerta, ni a la defensiva, o con miedo o ansiedad de lo que pueda llegar a pasar. Necesitamos comenzar a trabajar en las soluciones, en las alternativas que nos llevarán a un estado de completo bienestar.

El duelo se trata de una herida y, por tanto, requiere de un tiempo para su cicatrización.

“Contigo en mi memoria seré capaz de continuar”.

Mostrar más
Botón volver arriba