¿Cómo pasar la cuesta de enero y no morir en el intento?
Mtro. Arturo Varela Delgado/
Facultad de Contaduría y Administración
Comienza un nuevo año, y con él muchos propósitos por cumplir. Entre ellos, uno que nunca puede faltar es el de comenzar a ahorrar buscando mejorar nuestras finanzas personales. Pero, ¿cómo puedo lograrlo si ya me gasté todo el aguinaldo, tengo que pagar tarjetas, predial, revalidación vehicular y una larga lista más? Esta es una pregunta muy común que, por lo regular, termina frustrando el plan, y si a esto le agregamos que acabamos de terminar un año sumamente complicado, cumplir con este propósito todavía se vuelve mucho más difícil.
El 2020 nos enseñó que realmente no nos encontramos financieramente preparados para sobrellevar situaciones de contingencia y que vivir al día es una realidad en la mayoría de la población en nuestro país. Adicionalmente, se han presentado factores como perder el empleo, enfermar de Covid-19, disminución de ingresos y aumento de gastos que evidencian la necesidad de contar con fondos que sirvan para enfrentar cualquier emergencia.
Desafortunadamente, muchas personas consideran la cuesta de enero como un problema del cual no se pueden escapar, que siempre ocurrirá y que, con suerte, los meses siguientes la situación financiera mejorará. Sin embargo, la cuesta de enero puede ser sumamente complicada si no se tiene una buena administración del dinero o bien si se presentaron gastos excesivos durante el fin de año.
Adicionalmente, se debe hacer frente a pagos de impuestos municipales y estatales, pagos de seguros, colegiaturas y algunos cobros de créditos y/o financiamientos que definitivamente no pueden postergarse o eliminarse. Por lo que tomando como referencia todo lo anterior, a continuación, se presentan seis consejos para poder pasar la cuesta de enero y no morir en el intento:
1.-Diseñar un presupuesto.
Es muy probable que nunca se haya realizado uno, pero es muy sencillo. Sólo se necesita una libreta o una hoja de Excel, en la que se deberá registrar todos los ingresos y todos los gastos. Es necesario no omitir los incrementos por inflación, bonos, gastos hormiga, etc. Como recomendación, se pueden ordenar los gastos de los más a los menos importantes, con la finalidad de que en la parte de abajo se puedan visualizar aquellos que sean más sencillos de eliminar.
2.-Disminuir o eliminar gastos.
Una vez que se han identificado los gastos, se puede revisar cuáles de ellos se pueden eliminar por no ser indispensables y también cuáles se pueden cambiar por alternativas más económicas.
3.-No incrementar deudas.
Una práctica muy común es adquirir nueva deuda para pagar deuda vieja, lo cual no suele ser efectivo debido a que se termina pagando mucho más interés de lo contemplado inicialmente. Por lo que es muy recomendable, en medida de lo posible, evitar contraer nuevas deudas para no incrementar los gastos ya contemplados en el presupuesto.
4.-Generar ingresos extra.
En medida de lo posible, se puede buscar incrementar los ingresos del mes. Se puede iniciar vendiendo aquello que ya no se utiliza y que aún conserva valor, iniciar algún proyecto nuevo o bien, aprovechar los conocimientos y habilidad para realizar algún tipo de consultoría.
5.-Realizar compras inteligentes.
Para este fin, es de gran ayuda el planear y comprar sólo lo necesario, tratar de no desperdiciar y por el contrario mejor reciclar, reutilizar e incluso reducir las compras; esto a la larga, será un buen ahorro para el bolsillo.
6.-Ahorrar por objetivos.
Lo que se pretende es que no se malgaste el dinero y se pueda destinar una cantidad para ahorro. Pero no sólo es apartar el dinero por apartarlo sino que, desde un inicio, se asigne un nombre a esos objetivos plasmados en los propósitos de año nuevo y que se realice un “autorrobo” cada semana, quincena o mes, que sirva como instrumento de previsión.
Tomando en consideración estos seis consejos y acompañando con una buena disciplina, será mucho más sencillo superar la cuesta de enero ya que se estará mejor preparado para iniciar bien el año y alcanzar las distintas metas que se hayan planteado sin descuidar la salud de nuestras finanzas personales.