SE TIENE QUE DECIR

En muertes por Covid-19, la realidad rebasó las mentiras del presidente
Por CACHO

A ciencia cierta, no se sabe cuántas veces el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que ya “habían domado a la pandemia”, tampoco cuántas el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López (Gatell) Ramírez dijo que se había aplanado la curva de contagios, el caso es que la mentira siempre imperó en los dichos de ambos.
No sabemos si deliberadamente, que es lo que parece, o por incompetencia, que tampoco sería muy bueno para el país y la población en general. En manos de quién está el destino de México…
La situación que en esta colaboración trataremos es que la realidad, como era de esperarse, abrió sus datos (otros, diferentes a los “otros datos” de los López.
Las muertes reales por Covid en México, son más, que las reconocidas por el Gobierno federal, hasta ayer, la cifra oficial era de 155 mil 145 decesos causados por el virus, con lo que, de paso, México desplazó a la India en el tercer puesto de mayor número de defunciones.
Sin embargo, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer en la semana las escalofriantes cifras de la muerte en México, y pese a que sólo dio datos de siete meses del 2020 (de enero hasta agosto) evidenció la mentira oficial.
De acuerdo con el INEGI, en ese periodo se registraron 683 mil 823 defunciones, un 36.8% más que las 467 mil 264 reportadas en el mismo periodo del año anterior, producto, principalmente de la pandemia por Covid-19.
Las defunciones por el virus en el periodo mencionado ocupan la segunda causa de muerte a nivel global con 108 mil 658 casos, por debajo de las enfermedades del corazón que estuvieron en el primer lugar con 141 mil 873 y por encima de la diabetes mellitus con 99 mil 733.
Los decesos por Covid-19 en siete meses del 2020 fue 44.9% superior a las 75 mil 017 muertes reportadas por las autoridades el 30 de agosto de 2020.
Estos resultados se contabilizaron, mediante los registros administrativos generados a partir de los certificados de defunción suministrados por las oficialías del Registro Civil, los Servicios Médicos Forenses y de los cuadernos estadísticos suministrados por las Agencias del Ministerio Público, reveló el INEGI.
La mentira quedó al descubierto.
Y las defunciones que le faltan al instituto por contabilizar.
Ahora, con respecto a lo que se está haciendo para evitar que los mexicanos sigan muriendo a causa de la pandemia, pues hasta la fecha realmente ha sido ínfimo el resultado, viene el asunto de la vacuna.
Pese a que el presidente López está enfermo, (lo menciono con reserva pues dudo mucho que no haya sido inmunizado desde diciembre, cuando comenzaron a llegar a México las primeras vacunas, creer la falacia de que iba a esperar su turno por edad y por ser hipertenso, es infantil, la salud del presidente es tema de seguridad nacional) aislado en Palacio por el Covid, tuvo oportunidad de hablar con el mandatario ruso Vladimir Putin, quien resultó ser un excelente agente de ventas.
Sólo comprometió a AMLO a comprarle 24 millones de la Sputnik V.
Pero… bueno, salió ya un pero. Esta vacuna no ha sido aprobada ni por la Unión Europea, ni por la FDA, pero la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), dirigida ahora por el servil (a su tocayo de apellido) subsecretario López ya la autorizó para su uso de emergencia en el país.
Esto lleva a pensar (malpensar, diría yo) que el gobierno no quiso comprar las vacunas más eficientes que hay en el mercado, las de Moderna, porque son más caras, pero continúa gastando dinero a raudales en obras como Santa Lucía, Dos Bocas y Tren Maya, que ningún beneficio significan para el país y por supuesto no salvan vidas.
Cabe mencionar que tampoco la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha completado sus pruebas que validan a la vacuna rusa en el combate del coronavirus.
De hecho, los rusos ni siquiera han completado la fase III en el proceso para validar el uso eficiente del antígeno, aunque sus impulsores en este país dicen que no es una vacuna “patito” y respaldan dicha defensa en que tiene un poco más del 94 por ciento de efectividad.
Redondeando, ¿y el restante seis por ciento?
Literalmente le entrará a “la vacuna rusa”, parodiando el juego de la ruleta rusa.
Pues, se tenía que decir… y se dijo.

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