En la actualidad miles de usuarios han realizado cuentas para hacerlas crecer y al ganar miles de seguidores, proceder a venderlas, pero Instagram ya tomó cartas en el asunto sobre este delito.
La red social se vio en la necesidad de eliminar aproximadamente 400 cuentas con nombres robados puesto que fueron comprados a un muy alto precio, promoviendo así el delito y haciendo crecer una página donde se encuentran hackers y más miembros que realizan estas operaciones.
La compañía tomó esta decisión puesto que los mismos hackers estaban realizando extorsiones para conseguir las cuentas con mayor potencial y así afectar el resto de las más redes sociales vinculadas.
Una vez que se eliminaron las cuentas robadas para no beneficiar a nadie, los mismos expertos se encargaron de suspender a todos aquellos usuarios que realizaban las estafas, por lo que ahora Instagram y Facebook se encuentran uniendo fuerzas para aumentar seguridad y tomar acciones legales en caso de no hacer caso a las nuevas reglas.