POR LOS RINCONES DE LA HISTORIA

El 18 de febrero de 1913, fueron hechos prisioneros Francisco I. Madero y José María Pino Suárez

El 9 de febrero de 1913, los generales Manuel Mondragón y Gregorio Ruiz, encabezaron una revuelta para derrocar a Francisco I. Madero. Entonces dio comienzo, lo que se conoce como la Decena Trágica, en la que se presentaron sucesivos combates en la capital del país.
El gobierno de Madero enfrentaba la animadversión de Estados Unidos, debido a su política de corte nacionalista, en relación al petróleo y los ferrocarriles. Además, Emiliano Zapata y Pascual Orozco se habían levantado en armas, después de que Madero no había cumplido los postulados de la Revolución, principalmente los referentes al reparto de la tierra al campesinado.
Desde 1912 se había venido planeando el golpe de Estado de los porfiristas, los que contaban con el apoyo del embajador Wilson, quien mantenía ampliamente informado de los sucesos al gobierno norteamericano.
Madero nombró comandante militar a Victoriano Huerta, en sustitución de Lauro del Villar, quien resultó herido en uno de los combates. A la postre, Huerta, el que había fingido una defensa del gobierno maderista, tramó la traición en contra de Francisco I. Madero y del vicepresidente José María Pino Suárez. El 18 de febrero de 1913, se hizo prisioneros a los representantes del poder ejecutivo.
Y el 22 de febrero siguiente se condujo a los prisioneros a la cárcel de Lecumberri, en donde fueron asesinados en la parte posterior del edificio.

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