VIAJE EN CARRETERA

 

Una pintura, sacralidad, amor

Por Violeta Rivera Ayala

 

Hola, lindo día, sean bienvenidos a este viaje en carretera. Pensaron que hablaría de San Valentín, pero esta vez prefiero enfocar el amor no a las personas, sino al Arte.

Cada vez que hago una creación, me vienen a la mente muchos pensamientos, algunos incluso pasan durante el proceso creativo y se van y los olvido, como el sueño que a la mañana ya no recuerdas. Otros se hacen más insistentes y se mantienen, y en una tercera categoría están los que trasmutan, cambian tanto que hasta te sorprenden. Algunas sensaciones también te asaltan sin aviso y así hasta que obtienes calma sabiendo que has terminado.

Muchas veces me preguntan que cómo sé cuándo parar o cuándo ya está terminada la obra. Pintar es una comunicación constante, es algo vivo, hay que seguirle el ritmo. Es como un baile, tú invitas a la pista, te conectas y de pronto sabes o te avisa que ya llegó el momento de volver a la mesa o a veces, de tomar un descanso para luego continuar hasta que concluya la fiesta.

Una vez que la dejas reposar y tomas distancia, empiezas a aclarar tus ideas sobre el significado y lo sucedido. Pintar es un acto amoroso, idealista, romántico, te enamoras y lo gozas y sufres de principio a fin, para luego dejarlo libre, soltarlo y que haga su propio andar. Por eso dicen que son como hijos, en especial la analogía se utiliza bastante cuando se trata de escribir libros.

Pasa con quienes no se dedican profesionalmente al Arte, o cuando te encariñas a una pieza, que simplemente no la quieres soltar o vender, incluso ni mostrar, es un apego comprensible; a quién le gusta ver partir a sus vástagos para tal vez no reencontrarse jamás con ellos. Se demanda fuerza, desapego, hay un duelo cada vez que una se va y claro, ese vacío habrá que reponerlo, poblar el mundo de Arte… De música, de colores, de películas, teatro, de emociones y filosofía, esa es nuestra misión, con la convicción de que algo se sana, se embellece, somos los guerreros con armas de pinceles y guitarras, invitados a trabajar con amor expresiones del alma.

La relación que se produce con el Arte es muy fuerte y además celosa: te exige dedicación, compromiso, atención. El gran amor del poeta es su obra y que me disculpe si ofendo a alguien, pero es nuestra prioridad, salvo excepciones lógicas.

En la película Butterflyes dream, los personajes principales durante un diálogo comentan: “No escribimos poemas para ella. Ella es la excusa. El amor es una excusa para los poetas”.

¿Les hablé de los celos? Descuidas tu Arte y un ogro crece; vuelves y si andabas perdido te cobra factura. Es como ir al gimnasio, si no hay continuidad y aunque el cuerpo tiene memoria, a esforzarte el doble. A las capacidades físicas que te demanda, inclúyele el intelecto y manejo de emociones.

Sólo el ser humano dispone de esta capacidad; ningún otro ser vivo, ningún otro ser metafísico, salvo Dios en sus acepciones y desde la percepción personal o social, tiene el don de crear. Ya decía Vicente Huidobro: “Por qué cantáis la rosa, ¡oh poetas! / hacedla florecer en el poema; / sólo para nosotros / viven todas las cosas bajo el sol. / El Poeta es un pequeño Dios”.

El Arte se vuelve una adicción. A quién no le encanta conquistar y sentirse inspirado, lograr que de la nada algo nazca. Tomarse el tiempo para formarlo, cuidarlo, apapacharlo, seducirlo, confrontarse, explicarse la existencia, decepcionarse, reinventarse. Quizás por eso luego nos tachan de locos o raros, disculpen, tan sólo es que amamos demasiado, pero no a alguien más, en ocasiones creemos que sí, por qué no, nuestra capacidad de sentir es inmensa, no obstante, ante todo, nuestro amor es hacia la humanidad.

Partimos de nosotros al ser los productores, de ahí que sobren prejuicios sobre el llamado ego del artista, imposible hacerlo de otro modo, sin embargo, tan sólo nuestras propuestas son las semillas que los otros (público, escuchas, etc.) Si abren su corazón, habrán de germinarla o completarla en su interior, para que crezca, ¿Hasta dónde? Ustedes decidirán o bien, en esa nueva comunicación, lo habrán de intuir. Es claro que no todo dará para mucho y será diferente para cada quien, lo que sí, sin duda, llegará a donde sea necesario. El destino existe para el Arte.

Me ha tocado que nos convoquen a los artistas para realizar actividades en zonas de alto riesgo o luego de que en lo colectivo sufrieron hechos por lo general violentos, para servir de bálsamo. También que no nos quieran recibir en poblados donde el gobierno prefiere dar pan y circo o dar nada, para someter a la población sin esperanza de que pueda haber algo más, algo que inclusive ellos mismos, puedan provocar. Basta con motivar la imaginación para que algo se mueva. Leerle a los pequeños una historia en la que ellos sean los protagonistas, puede cambiar vidas, no perdamos la Fe en ello. Mostrar interés en los textos de un escritor de clóset, igual y es motivo suficiente para que se decida a ser él mismo para hacer brillar su propia luz.

Niñas que se me acercan pensando que el futuro es atender al marido y ya. Niños que crecen pensando que el futuro es afiliarse al narco y ya. No somos evangelizadores ni queremos cambiar sus modus vivendi, pero sí mostrar una ventana que les diga a esos chiquillos que existen opciones.

Para ir cerrando, no me quiero ir sin responder una de las preguntas que constantemente recibo y es si puedo pintar a partir de una solicitud o tema en particular. La respuesta es sí. Siempre y cuando estén de acuerdo con mi estilo; no hago copias. Para ejemplo pongo en la portada de esta columna, la última que hasta hoy me han solicitado: “Una flor de lis y dos ángeles, por favor”, fue la encomienda. He aquí el resultado y explicación, luego de tener ese baile con la obra que titulé “Sacralidad”:

La flor de Lis contiene mucho significado, que nos daría para otra colaboración, pero principalmente aquí la veo como aquella que une al cielo con la tierra en un vínculo sagrado, siendo la mensajera de las buenas noticias y la presencia de la belleza.

Podemos observar que guarda al centro como tesoro un corazón, al que protege de cualquier dolor. A la vez es una pluma; las historias las escribimos nosotros. Está posada sobre un girasol, símbolo del «ho’oponopono» (sanación transgeneracional), para que siempre mantengan energía positiva y sanadora en su familia.

Los ángeles, candidez, la dualidad, ying yang, linaje femenino y masculino, divinidad compartida, sólo hace falta prestarles atención y escucharlos para sentir su ternura y ser conscientes de sus cuidados. Arriba es de día, abajo de noche, para que siempre protejan, no importa la hora.

En medio aparecen caminos, la vida diaria, las cosas cotidianas, rodeadas de grandes hojas verdes, para que a pesar de estar en la ciudad, la naturaleza se manifieste alegrando un corazón, el que ya vimos está bien resguardado. Tiene varios dorados y plata para que la abundancia se manifieste. La temperatura es cálida; refuerza la unión, la intimidad y bienestar en el hogar. Y hay mucho colorido para atraer la alegría.

Gracias. Larga vida al Arte. Feliz día del amor.

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