CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD

“El socialismo es la filosofía del fracaso, el credo de la ignorancia y la prédica de la envidia; su única virtud es la distribución igualitaria de la miseria” (Winston Churchill).
Por FerMan

Es preciso señalar el peligro que está representando la 4T para nuestro querido México. Lo digo sin ser alarmista ni mucho menos amarillista. Pero si analizamos las acciones que han venido realizando quienes se autodenominan “servidores de la nación” vemos con preocupación cómo han estado desapareciendo instituciones autónomas, debilitando organismos de control social y cooptando las dependencias que han servido a los mexicanos para mantener el Estado de Derecho.
Lo anterior ya lo he estado señalando aquí en otras publicaciones; pero lo que sí es novedoso y de total preocupación, es la actitud asumida por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, en una de sus acostumbradas mañaneras, cuando le informaron que el Juez Segundo de Distrito en materia administrativa y especializado en competencia económica, Juan Pablo Gómez Fierro, otorgó la suspensión definitiva a su reforma eléctrica anulando todas las consecuencias derivadas del decreto de reforma de la Ley de la industria eléctrica.
AMLO no entiende que un Estado democrático cuenta con tres poderes, y que uno de ellos, en este caso el Judicial, es quien, por obligación constitucional, debe velar para que todos los actos de autoridad que emitan los tres poderes que integran una nación, se apeguen a la Constitución y a todas las leyes que de ella emanen y eso fue lo que precisamente sucedió en el caso particular.
El juez Gómez Fierro, en uso de las facultades que la ley le otorga, emitió una resolución que no fue nada aceptable para el Presidente López Obrador y que al conocerla señaló que en todo caso si no “iba” su ley, entonces reformaría la constitución, así de fácil, así de autoritario, así de dictatorial, así de comunista radical.
Ahora bien, el problema no es si el acto emitido por la autoridad judicial adolece o no de sustento jurídico, porque para eso existen los recursos legales correspondientes, aquí lo que preocupa es que AMLO, como acostumbra, despotricó en contra del juzgador, señalándolo de irresponsable y con otros improperios que impactan de forma negativa la institucionalidad y más por provenir de quien se supone debe respetar la división de poderes.
Es una lástima que López Obrador quiera imponer su voluntad cueste lo que cueste, aún y cuando tenga que reformar la Constitución para cumplir su capricho. Y esto es precisamente lo que hacen quienes, apareciendo vestidos con piel de oveja, realmente son lobos rapaces que aniquilan cualquier vislumbre de verdadera democracia.
Es entonces que, los ciudadanos debemos alzar la voz y señalar cualquier arbitrariedad que atente contra el Estado de Derecho, porque precisamente son esos actos los que alimentan la corrupción sistémica de una nación.
“Fiat Justitiae, Pereat Mundus”.

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