CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD

“Una nación de ovejas, engendra un gobierno de lobos” (Edward R. Murrow)
Por FerMan

Definitivamente, la corrupción “mata”. Con tristeza vemos como día a día están muriendo mexicanos a consecuencia de actos de corrupción. Es una lástima que en pleno siglo XXI estemos sufriendo las consecuencias funestas de políticos corruptos del pasado y del presente. Sí, lo digo con todas sus letras, del presente, pues no podemos negar que en administraciones pasadas se cometieron muchos actos de corrupción, pero lo cierto es que en las actuales administraciones de gobierno, tanto de la federación como de la Ciudad de México, se siguen cometiendo actos al margen de la ley, mismos que abonan a una cultura de ilegalidad, actos corruptos que pueden cometerse no sólo por acción sino también por omisión; estos últimos los cometen aquellos funcionarios que al estar obligados a garantizar la paz, el bienestar y la seguridad de todos los mexicanos, incumplen con dicha obligación.
Y como un ejemplo más de que la corrupción en verdad mata, me remito al lamentable hecho sucedido en la Ciudad de México el pasado 3 de mayo del presente año, con el derrumbamiento de la Línea 12 del Metro, la cual fue inaugurada el 30 de octubre de 2012 durante la administración del gobierno capitalino de Marcelo Ebrard Casaubón, donde hasta el momento se ha informado que perdieron la vida más de 25 ciudadanos y un número mayor se encuentra delicado de salud.
Sin lugar a dudas, dicho suceso pudo haberse evitado, y sin lugar a dudas, las pérdidas de vidas son responsabilidad de la autoridad que permitió su funcionamiento en corresponsabilidad con las que se encuentran en turno. Las autoridades actuales de la Ciudad de México podrán decir que dicha línea se construyó en otra administración, que ellos no participaron en su proyecto, y un largo, etcétera, etcétera, etcétera.
También, sin embargo, las autoridades en turno, en este caso la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, es corresponsable de tan lamentables hechos, pues con base en la famosa “austeridad” del gasto público, se limitaron los recursos para darle una debida operatividad y mantenimiento, no sólo a la Línea 12 sino a todo el Sistema de Transporte público de la Ciudad de México, lo cual lo han informado diversos medios de comunicación, líderes sindicales y organizaciones de la sociedad civil. Y es que, en cuanto a responsabilidades, existen las de acción y las de omisión, y precisamente en este caso, la Jefa de Gobierno, cayó en una corresponsabilidad por omisión, por haber omitido proporcionar los recursos suficientes para darle el debido mantenimiento y operación a dicha línea del metro y, asimismo, por no haber inspeccionado a su personal a cargo para que cumpliera a cabalidad con su obligación.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y todas las leyes que de ella emanan, son muy claras en señalar cuales son las responsabilidades de las autoridades. En este caso que nos ocupa, son corresponsables tanto las autoridades que inauguraron la Línea 12 del metro en el año 2012, como las que se encuentran en turno, sin lugar a dudas.
En dicho contexto, no puede omitirse mencionar que, en materia de responsabilidades, la autoridad se ejerce jerárquicamente, esto es de manera descendente, que es lo mismo de arriba hacia abajo y la responsabilidad de los funcionarios, se da de manera ascendente, esto es, de abajo hacia arriba. Sin embargo, en los casos que involucran recursos públicos, donde se producen varias muertes y donde se reduce el presupuesto que se destina para los servicios públicos, las máximas autoridades son corresponsables, debido a que, en principio son quienes deben responder por las acciones de sus subordinados, realizadas tanto por acción como por omisión.
En verdad se espera que tan lamentable acontecimiento no quede impune, pues debe haber sanciones para todos aquellos que, ya sea por acción u omisión, incumplieron su obligación de mantener el adecuado funcionamiento de la Línea 12 del metro de la Ciudad de México, a efecto de que se produzca un precedente para que las futuras autoridades pongan más atención a sus atribuciones y cumplan con sus obligaciones de manera más objetiva, eficiente y diligente.
“Fiat Justitiae, Péreat Mundus”.

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