SE TIENE QUE DECIR

 

Accidente en el Metro, ¿de qué tamaño es el cochinero de conciencia?

Por Cacho

 

Es evidente que una muy criticada, desde los inicios de su construcción, línea 12 del Sistema Colectivo de Transporte Metro (STC) de la Ciudad de México va a causar mucho ruido en el búnker de Palacio Nacional, ahí donde se está cocinando la posibilidad de sucesión, en caso de que Andrés Manuel López Obrador no tenga intenciones de perpetuarse en la silla presidencial.

Así es, el ambiente en el “cuarto de guerra” se percibe tenso, denso e irrespirable.

Y ¿cómo no lo sería si en este asunto están estrechamente ligados los posibles presidenciables Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard?

Son los favoritos de AMLO, se ha visto.

Marcelo Ebrard le invirtió en su gobierno al frente de la Ciudad de México (2006-2012) a la construcción de la Línea 12 del Metro, 22 mil 500 millones de pesos, obra construida por el consorcio ICA, Carso y Alstom.

Casi nada, el costo total que se suponía que tendría esta línea era de 17 mil 500 millones de pesos. Un sobrecosto de 5 mil millones, nada despreciable.

En lo que corresponde a la actual jefe de gobierno de la CdMx, Claudia Sheinbaum, pues también le corresponde un poco de pirotecnia política. Su administración está a cargo del mantenimiento del STC, no hay manera de evadir la responsabilidad, pues es una obligación inherente al cargo.

Y esto, a pesar de querer culpar, al purísimo estilo de la 4T a Miguel Ángel Mancera, pues había problemas a raíz del sismo de 2017 y le correspondía al gobernante perredista lo conducente.

Como si en el tiempo que lleva Sheinbaum al frente, la responsabilidad fuera aún de su antecesor.

Pero como antes dije, son los favoritos de López y como tales, habrán de ser defendidos, “con uñas y dientes” dirían algunos y no le fallarían.

Ya empezaron la defensa de facto.

Además, se inicia de una manera muy desaseada, vía mayoriteo.

Resulta que el pleno de la Comisión Permanente rechazó la propuesta del Grupo Parlamentario del PAN para la crear una Comisión Investigadora sobre el colapso en la Línea 12, que ha dejado (hasta el jueves) 25 muertos.

Ayer, la senadora panista Kenia López Rabadán planteó un punto de acuerdo para que un grupo plural de legisladores acompañe las investigaciones que se realicen por parte de un órgano independiente, para conocer las causas del accidente y se castigue penalmente a quien resulte responsable.

Pero ¿qué creen?

Con 13 votos a favor y 20 en contra, Morena y sus aliados frenaron la propuesta, al considerar que es “carroñera” y no es un tema de “urgente y de obvia resolución”.

Nada más falta que al concluir el peritaje independiente (si es que realmente se trata de uno de ese tipo) se clasifique la información por equis número de años por tratarse de “un tema de seguridad nacional”.

Así le hace el este gobierno de la 4t con todo lo que pretenden ocultar al escrutinio de la ciudadanía. Piensan que eso no es saludable para “el pueblo bueno y sabio” y se manejan en la mayor opacidad.

Resulta que la propuesta de la senadora Kenia López es exactamente igual de “carroñera” que la que hicieron el ahora presidente y sus fieles siervos con relación a los accidentes de la Guardería ABC de Hermosillo, durante el sexenio de Felipe Calderón y el socavón en la recién inaugurada autopista a Cuernavaca en el periodo de gobierno de Enrique Peña Nieto.

Así es, López se desgañitó en ambos eventos como el vil “carroñero” que ha sido durante toda su vida política, incluyendo la actual.

Ayer plañideras, hoy autores de los más inverosímiles pretextos, que en el lenguaje coloquial, le llaman “maromas”. Todo con tal de evadir su responsabilidad.

El presidente López y su séquito están, en la realidad, moralmente derrotados.

Sólo para ejercitar un poco la imaginación, hagamos de cuenta que el magistrado presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar, encabece una investigación del accidente en la línea 12 del Metro.

Sí, así como hace 11 años estuvo a cargo de lo relacionado con el incendio en la Guardería ABC.

En ese entonces, Zaldívar investigó posibles violaciones graves a los derechos humanos.

En su presentación de aquel entonces, el ministro consideró que la Suprema Corte “es la última esperanza para las víctimas de la arbitrariedad, la negligencia y el abuso del poder y es, también, la única institución con fortaleza constitucional para fijar precedentes que impidan que violaciones graves a los derechos fundamentales sigan ocurriendo”.

El proyecto que Zaldívar presentó a consideración señalaba como responsables del incendio que mató a 49 niños, a Daniel Karam, entonces director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS); a su antecesor y que en ese tiempo ocupaba la cartera de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar; a quien fuera gobernador de Sonora, Eduardo Bours, incluyendo al alcalde de Hermosillo, Ernesto Gándara, y otros funcionarios más, de los tres niveles de gobierno.

Ojo, Karam y Molinar, ocupantes del máximo puesto en el IMSS fueron considerados culpables por Zaldívar.

¿Haría entonces el ministro presidente de la SCJN lo mismo ahora con Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard?

¿Usaría el mismo rasero?

No lo sabemos, pero yo ni duda tengo, simplemente no lo haría, sería como en una ocasión dijo López a la prensa que no le es fiel o está alineada: “muerden la mano que los alimenta”.

Zaldívar Lelo de Larrea no lo haría, digo yo.

Porque además, ya no es facultad de la Corte investigar lo relacionado con derechos humanos, desde 2011 corresponde a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

Y cabe otra pregunta ¿la CNDH abogará por las víctimas mortales y los lesionados en este accidente?

Tampoco lo veo posible o, incluso probable, la señora Piedra Ibarra está muy contenta “nadando de muertito” y quizás espera que a nadie se le ocurra pedir al organismo que ella dirige que vea por las víctimas, como es su responsabilidad.

Cabe mencionar que por lo descabellado, a mi parecer, del proyecto de Zaldívar en el caso de la Guardería ABC, fue desechado por siete votos contra cuatro.

Por cierto, uno de los cuatro votos fue el de la actual secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero. ¿Qué cosas, no?

Pues, se tenía que decir… y se dijo.

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