CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD

“La obra maestra de la injusticia es parecer justo, sin serlo” (Platón)
Por FerMan

El tema del asesinato de niños por nacer o el mal llamado aborto, no tiene para cuándo concluir. Y el problema ha sido que quienes interpretan el marco jurídico que lo regula lo hicieron atendiendo a ideologías anticientíficas, sólo para congratularse con aquellos colectivos sociales que luchan por una supuesta igualdad de género, sin importarles violentar derechos humanos de los más vulnerables, en este caso, de los niños por nacer.
Es importante tomar en cuenta el momento en que, de acuerdo a la ciencia, inicia la existencia de un ser humano, pues de ello depende la aplicación de la ponderación de los derechos humanos que se encuentran en conflicto. Es así que a la fecha y según la ciencia, la vida humana inicia desde el momento de la singamia, esto es, desde el momento en que un óvulo es fecundado por el espermatozoide, independientemente de la viabilidad que tenga o no para subsistir, debido a que en un principio, se consideraba que la existencia humana se daba hasta que el óvulo ya fecundado, se implantaba en el útero de la matriz de la madre, pero los últimos descubrimientos científicos ya han superado dicho postulado, indicando de manera contundente que la existencia humana se da, como ya lo hemos dicho, desde el momento de la singamia.
Ahora bien, la viabilidad para que dicho zigoto o embrión pueda subsistir después de la fecundación, depende de muchos factores, pero independientemente de que logre implantarse en el útero de la madre o no, ya es en sí, un ser humano en acto y no en potencia, porque ya tiene consigo todo el material genético que un ser humano necesita para su existencia, en ese momento, lo único que requiere, es que se le permita desarrollarse en el tiempo hasta concluir su formación.
Lo antes señalado debe tomarse en cuenta de conformidad con el principio evolutivo, mismo que ha sido aceptado por los Organismos Internacionales de Protección a los Derechos Humanos, entre ellos por supuesto, por la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, debido a que fue la propia Corte Interamericana quien señaló en su momento que la existencia humana iniciaba desde el momento en que el óvulo ya fecundado se implantara en el útero de la madre, señalando así mismo, que en caso de que la ciencia descubriera algo nuevo, se debería estar a los nuevos descubrimientos científicos en cuanto este tema.
Es así que, los descubrimientos científicos alcanzados en Gran Bretaña, han señalado que el óvulo fecundado puede subsistir sin necesidad de implantarse en el útero de la madre y por lo tanto desde ese instante se tiene como un ser humano. En consecuencia, atendiendo al principio evolutivo antes referido, de conformidad a los descubrimientos científicos, hay un nuevo ser humano desde el momento de la concepción, esto es, de la fecundación del óvulo por el espermatozoide, y consecuentemente, todo acto que le impida su libre desarrollo, atenta contra su derecho humano de vivir y por ende debe ser castigado por el Estado.
Vaya injusticia que han cometido los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quienes sin fundamento legal ni científico alguno, despenalizaron el aborto, permitiendo libremente el asesinato de seres humanos; por ello, que Dios, la sociedad mexicana y la comunidad internacional se los demande, pues los derechos humanos no se deben manipular por ideologías de los más fuertes, sino que deben, en todo momento, proteger a los más vulnerables, y en este contexto, ¿quiénes más vulnerables que aquellos que se encuentran en total estado de indefensión como son los niños ya concebidos y que se encuentran por nacer?
Es por todo lo antes señalado que no debemos perder la solidaridad para con el prójimo, no debemos permitir que nos conviertan en asesinos, no podemos caer en la insensibilidad y en el materialismo irracional.
“Fiat Justitiae, Péreat Mundus”.

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