SE TIENE QUE DECIR

 

Con todo respeto: enseñó el cobre y la cobardía

Por Cacho

 

El presidente Andrés Manuel López Obrador tuvo miedo de acudir al Senado, a la entrega de la medalla Belisario Domínguez a la legisladora Ifigenia Martínez  arguyendo que la senadora Lily Téllez había convocado a insultarlo.

Falso y cobarde. Así se le puede calificar al presidente López.

El tuit de Téllez reza:

El violador serial de la Constitución: el señor presidente López Obrador… vendrá al senado la próxima semana; es preciso hacerle frente.

¿Dónde está la convocatoria a insultarlo? ¿No es acaso violador e la Constitución cuando así conviene a sus intereses? El botón más reciente, su contrarreforma eléctrica.

A eso se refería la senadora panista, a hacerle frente a los caprichos del que cree que el país es suyo y que pretende hacerlo propio. Un reyecillo que vive en un palacio, pero sin estatura para enfrentar la crítica.

Luego, la respuesta de Lily Téllez fue contundente, en el lenguaje que López entiende:

“Ni que fuera Layda Sansores o Noroña”, así le contestó la senadora a Ciro Gómez Leyva cuando éste la cuestionó sobre el mensaje de la red del ave azul.

No voy a extenderme mucho en este tema, debido a que es por demás prestarle mucha importancia, sólo la necesaria, para evidenciar lo que tenemos manejando las riendas del país.

Por ello me voy a permitir la licencia de recordar el dicho que muy seguido usaba el filósofo de Rubio, el extinto Artemio Iglesias Miramontes quien decía: “A puñaladas iguales, llorar es cobardía”.

Quedó de manifiesto la condición de López, y eso que ni siquiera le dieron una puñalada como las que él acostumbra asestar a sus “adversarios”, o sea a aquellos que no le rinden pleitesía, le aplauden sus decisiones sobradamente equivocadas, junto con sus caprichos, o bien los que le besan los pies.

Sólo para exponer la baja calidad de quien nos gobierna ahí va el listado, en orden alfabético de los insultos continuamente utilizados por López, antecedidos de un hipócrita “con todo respeto”:

Achichincle, alcahuete, aprendiz de carterista, arrogante, blanquito, calumniador, camajanes, canallín, chachalaca, cínico, conservador, corruptos, corruptazo, deshonesto, desvergonzado, espurio, farsante, fichita, fifí, fracaso, fresa, gacetillero vendido, hablantín, hampones, hipócritas, huachicolero, ingratos, intolerante.

También usa ladrón, lambiscones, machuchón, mafiosillo, maiceado, majadero, malandrín, malandro, maleante, malhechor, mañoso, mapachada de angora, matraquero, me da risa, megacorrupto, mentirosillo, minoría rapaz, mirona profesional, monarca de moronga azul, mugre, ñoño, obnubilado, oportunista.

Además: paleros, pandilla de rufianes, parte del bandidaje, payaso de las cachetadas, pelele, pequeño faraón acomplejado, perversos, pillo, piltrafa moral, pirrurris, politiquero demagogo, ponzoñoso, ratero, reaccionario de abolengo, represor, reverendo ladrón, riquín, risa postiza.

Y lo último de la lista lo componen salinista, señoritingo, sepulcro blanqueado, simulador, siniestro, tapadera, tecnócratas neoporfiristas, ternurita, títere, traficante de influencias, traidorzuelo, vulgar, zopilote.

Mejor aplicado el dicho del extinto Artemio, parece que no puede ser.

Pues, se tenía que decir… y se dijo.

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