CORRUPCIÓN Y DERECHOS HUMANOS

“La familia es una de las obras maestras de la naturaleza” (George Santayana)
Por FerMan

La batalla cultural ha comenzado, y no podemos permanecer indiferentes ante la pretensión del aniquilamiento de la civilización occidental por aquellos que, pactando con las fuerzas del mal, quieren erradicar de la faz de la tierra todos los principios y valores cristianos. Lo anterior pareciera que se tratara de un tema de ciencia ficción, quisiera que realmente eso fuera, pero la realidad es otra.
No podemos negar que existe el bien y el mal, y que por consecuencia, hay quienes luchan y promueven el bien, pero también los hay aquellos que combaten al bien y promueven el mal. Habrá, entre estos últimos, quienes, por su situación, no se dan cuenta que sus acciones abonan a la maldad, sin embargo, la gran mayoría de esos promotores, lo hacen conscientemente y a sabiendas de lo que están haciendo, pues buscan obtener un resultado favorable a sus perversidades.
Entre estos promotores, se encuentran aquellos que, como ya lo hemos señalado en anteriores publicaciones, divulgan las ideologías perversas que todo lo convierten en una anarquía descomunal, me refiero a las ideologías neo marxistas como son las de género, feminismo radical, abortismo, indigenismo, medioambientalismo y un largo etcétera.
Muchas de estas ideologías, si no es que todas, en la actualidad son promulgadas por sistemas políticos de izquierda o comunistas, sin embargo, no con exclusividad, y a pesar de que su origen es el neo marxismo, también son promovidas por el globalismo. Una de las ideologías más perversas que promueven los enemigos de Dios, es la llamada ideología de género, la cual, es intrínsecamente perversa, pues sus postulados atentan contra la naturaleza, no sólo de la familia, sino del ser humano en lo individual.
Pero ¿qué podemos entender por ideología de género?, se podría señalar que es una ideología que contiene pensamientos cerrados, inapelables, que enseña que las diferencias entre hombres y mujeres no corresponden a la naturaleza, sino que son construcciones culturales o sociales.
Lo anterior no es otra cosa que una aberración, pues se atenta no únicamente en contra del sentido común y de la sana lógica, sino de los conocimientos científicos, al indicar que el ser hombre o el ser mujer nada tiene que ver con el cuerpo natural de cada sexo, que es una “construcción cultural o social” el que una persona sea hombre o mujer, esto es, no lo define su sexo biológico, sino la cultura o sociedad.
La génesis de esta ideología o su origen, como ya lo indicamos, es el neo-marxismo que comienza con la afirmación del filósofo Carlos Marx de que toda la historia ha sido una lucha de clases y del también filósofo Federico Engels quien sentó las bases entre el marxismo y el feminismo en su libro “El origen de la familia, la propiedad y el estado”, publicado en el año de 1884.
Estos filósofos marxistas pretendieron destruir la familia y desaparecer las clases sociales a través de la promoción para la eliminación de la propiedad privada, de la aprobación del divorcio, de la entrada de la mujer en el campo laboral, de hacer que los padres dejaran a sus hijos al cuidado del Estado y de la eliminación de la religión.
Por supuesto que la intención de todo esto era destruir la familia natural, sin embargo, no lo lograron porque a decir de las modernas “feministas radicales” se centraron en cuestiones económicas y no así en cada uno de los integrantes de la familia natural, a la que consideran la verdadera causa de la división de las clases sociales. Entre estas feministas de género tenemos a Virginia Woolf, Betty Fridman, las ideólogas Judith Butler y Shulamith Firestone, entre otras.
De estas feministas, la que más ha destacado en la promoción de la destrucción de la familia natural ha sido Judit Butler con su libro “El problema del género: el feminismo y la subversión de la identidad” el cual es utilizado como libro de texto en la mayoría de las universidades, donde se enseña que el género es una construcción cultural, libre de ataduras, en consecuencia, hombre y masculino, podrían significar indistintamente un cuerpo masculino como uno femenino.
Esto es, se ha llegado a tal grado de perversión que ya no importa, para estas feministas, el sexo biológico, sino los sentimientos y pensamientos de las personas, los cuales pueden estar, que sin lugar a dudas así lo es, alejados totalmente de la realidad, creando “géneros” ficticios o artificiales con el único propósito de destruir la familia natural.
Dichos postulados de esta ideología de género, sin lugar a dudas, corrompe nuestra cultura y debe ser criminalizada y combatida a toda costa a efecto de evitar que se destruya la familia natural, así como las tradiciones y valores.
Como he venido manifestando, el tema es muy amplio y complejo, por lo que, a efecto de que sea más comprensible, continuaré con el tema en la próxima publicación, donde seguiremos desenmascarando, con datos de interés, esta perversa ideología de género y a quienes la promueven desde el ámbito internacional.
“Fiat Justitiae, Péreat Mundus”.

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