SE TIENE QUE DECIR

 

¿Estamos ya en el principio de una dictadura?

Por Cacho

 

“No vamos a dar un paso atrás”.

Así, con la suficiencia que le da ostentar el poder, que al parecer está ejerciendo sin límites, porque está rodeado de serviles lamesuelas y además tiene el control del Congreso de la Unión e infiltrada a la Suprema Corte con algunos de sus incondicionales, el ente que preside este país, Andrés Manuel López Obrador, abofetea al país entero, no sólo al gremio de la medicina.

Un hombre que rige los destinos de una nación, que se supone debe velar por todos y cada uno de los gobernados emite un mensaje de odio, lo que lo rebaja a la mezquindad, revela su verdadera naturaleza, es un sujeto que como dijo en alguna ocasión el personaje crítico de la política, el payaso Brozo, “Andrés: o nos sirves como presidente, o no sirves como presidente”.

Pues lo primero no sucede, porque sólo sirve a sus intereses y caprichos, por lo que nos deja con la segunda acepción.

Volviendo al tema de los médicos, ¿cómo es posible que un dignatario, el que ocupa el puesto de mayor relevancia dentro de la vida nacional se exprese como lo hace López?

“Que sepan los conservadores egoístas, hipócritas que no vamos a dar ni un paso atrás”.

Esa no es la manera de atajar la crítica – más que válida, por cierto – por la “importación” de médicos cubanos.

En México, ya quedó más que demostrado, hay especialistas, al menos mil trescientos que se visibilizaron en una página web creada por la doctora Ana Cecilia Jara Ettinger, que están dispuestos a ir a trabajar en donde abran las plazas laborales.

Casi tres veces el número de cubanos que vendrían a “tapar los hoyos” en el sistema de salud nacional.

Que, por cierto, ya había hoyos en ese sector, pero esta administración abrió más y profundizó los existentes.

También arremetió con la UNAM, ¿será resentimiento porque se tituló por “una nimiedad” en vez de hacerlo por unanimidad?, pese a que la Secretaría de Salud, bajo su mando ordenó retirar a los estudiantes de medicina de los hospitales Covid durante la pandemia, el bocazas de López los acusó de hacer nada en ese periodo.

Se solazó ofendiendo a su Alma Mater y al gremio médico.

Pero los galenos no se quedaron callados, muchos colegios de estos profesionistas le contestaron rápido y fuerte, aunque para el reyezuelo ése no es un punto de cuidado.

Aunado a las ofensas verbales de López, la majadería que atenta contra la inteligencia de los mexicanos y la dignidad del gremio médico de este país: pagará el gobierno del que se cree monarca por vivir en un palacio alrededor de 145 mil pesos mensuales por cada médico isleño.

No es el sueldo íntegro para los galenos, les dan aparentemente, sólo el 5 por ciento, el 95% restante se lo queda el gobierno cubano.

Aquí hay varias cosas: López financia la dictadura cubana, promueve la esclavitud moderna (por la explotación de los médicos caribeños), humilla a los trabajadores de la salud de su propio país y lo peor, no resuelve problema alguno.

En tres meses que estarán aquí los médicos extranjeros no van a arreglar un sistema de salud que está sostenido con hilos, lo que se especula con esta misión “sanitaria” es que vienen muchos de ellos a adoctrinar a las comunidades, no a ejercer la medicina.

El megalómano de palacio cree que “el pueblo bueno y sabio” es cretino, idiota o de plano, sin cerebro para creer las sandeces con las que pretende justificar su “donativo” a la dictadura cubana. No, habemos mucho pueblo que no le tenemos fe ciega, ni somos incondicionales, nos damos cuenta de sus mentiras y, además, le desenmascaramos sus mentiras.

Además, está promoviendo un delito, que ya no es novedad, el poder concentrado en la persona de López Obrador, le hace tomar licencia para violar la Constitución y las leyes que de ella emanan, aunque juró cumplirlas y hacerlas cumplir, para muestra un botón.

El ministro en retiro, que de leyes algo ha de saber, José Ramón Cossío, fue categórico al afirmar que esos profesionales (médicos isleños) deben revalidar sus estudios.

«Para que los médicos cubanos puedan ejercer en nuestro país, tienen que revalidar sus estudios. Si van a hacerlo como especialistas, tienen que obtener el correspondiente certificado», dijo el ministro.

Reveló que «no hacerlo puede ser constitutivo de delito o falta administrativa».

Pues este no es delincuente de cuello blanco.

Lo arrastra por el fango hasta el cansancio. Y va camino a homologarse con Díaz Canel, Ortega y Maduro.

No debemos permitirlo.

Pues, se tenía que decir… y se dijo.

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