A DECIR VERDAD

Bitcoin, la estafa de las criptomonedas
Por Rubén Íñiguez

 

El auge de las criptomonedas me recordó la trampa de las pirámides. Es decir, un promotor lanza la oferta de que su criptomoneda dará un 20 por ciento de ganancias, más que el papel en los bancos, superando las inversiones oficiales y los compradores caen.

Así comienza la leyenda de las criptomonedas, ya que si la bolsa de valores cae, los acumuladores de bitcoins supondrían que están por encima de las circunstancias, sin embargo, la economía no hace excepciones.

Lo increíble es que los nuevos adquirientes “creen” y van financiando las ganancias de los primeros inversionistas, que reciben las nuevas inversiones, con lo que recuperan su aportación inicial con las ganancias prometidas del 20 por ciento y se alojan de fondos seguros, pero logran la burbuja de las ganancias, a los que se van sumando clientes, la mayoría inexpertos, incautos y que buscan hacer dinero fácil, para duplicar sus aportaciones.

Sin embargo, llegan los factores externos de la realidad del mundo, por lo que comienzan a ver que la criptomoneda no es inmune a los fenómenos internacionales, ya sean bloqueos económicos, guerras como la de Ucrania y Rusia, desastres naturales o pandemias, que finalmente gravan el juego paralelo de las criptomonedas, que sí sufren como todo en el planeta el alcance de la realidad.

Lo invertido en criptomonedas definitivamente asciende a unos 20 mil millones de dólares y la principal o más “antigua” es el bitcoin, pero han surgido muchas más como el Ethereum, para señalar un ejemplo. El bitcoin comenzó hace 14 años, pero no era comprendido ni considerado por los medios financieros bancarios normales.

En el 2017 vino el despegue del bitcoin, que se ha convertido para muchos en “robo-coin” por la devastadora depreciación que ha sufrido esta moneda virtual.

La mala noticia para el bitcoin y que ha afectado a muchos países del mundo, incluido el nuestro, fue la subida de la tasa de intereses por parte de la FED de los Estados Unidos, cuando los creyentes de las criptomonedas consideraban que “estaban desligados totalmente de las afectaciones de los mercados financieros” y esas inocentes palomitas comenzaron a sufrir una espiral de baja de valores que ha colocado a muchos en la mayor desesperación.

Consideremos qué origen tiene el Bitcoin, más que averiguar sus fundadores; lo interesante de la criptomoneda está en el hecho de que ningún mercado mundial los regula. No hay intervención oficial gubernamental que reglamente las criptomonedas.

Los “inteligentes” creadores de esto que aparenta ser una megaestafa mundial, crearon como base del sistema el de la figura de un súper tóken, es decir, un objeto digital autentificado que representaba la información de inversiones reales que pasaron a formar parte de la información virtual.

Resulta agudo preguntarse por qué ningún gobierno se ha hecho responsable de este nuevo mercado financiero.

La razón es que los creadores, expertos en computación y en finanzas, descubrieron un vacío legal que permite operar a los promotores de las criptomonedas y ellos imitan las acciones de una Bolsa de Valores. Si la demanda crece, sube el precio y viceversa a la baja.

El valor nominal del bitcoin se determinó de manera arbitraria, es decir, no se fijó por el respaldo de su emisión, sino por los efectos de expansión en el mercado.

Algunos mexicanos han caído en esta trampa. Carlos Slim fue uno de los influencers que recomendaron invertir en criptomonedas. Otro fue el creador de Tesla, Elon Musk, sin embargo, ninguno de los dos han invertido en bitcoins.

Todo lo relacionado con las criptomonedas es en realidad un proceso financiero de alta tecnología que tiene procedimientos descentralizados, lo que representa el bloque de operaciones denominado Blockchaim.

El detalle es que, el Bitcoin y todas las criptomonedas han perdido un 70 por cierto de su valor, además que el descenso parece no detenerse. Los sitios de tráfico de criptomonedas han cerrado las transacciones en la esperanza de un margen de estabilidad.

El Ethereum tiene una depreciación del 40 por ciento, el Cardano lleva un 60 por ciento, Celsius tiene 62 % y Terra se ha llevado la peor parte, con un descenso del 99 por ciento, prácticamente se volvió nada.

¿Quiénes son delincuentes internacionales de cuello blanco? El fundador del Bitcoin fue un japonés Satoshi Nakamoto, se dice que posee un millón de bitcoins que equivaldrían, en un inicio, a 30 mil 453 millones de dólares. Pero su identidad es un misterio, y se dice que este matemático-criptólogo, en realidad es un pseudónimo. Ni siquiera hay claridad en esa historia.

Pero la culpabilidad la resumen los participantes: “Demasiada inexperiencia y mucha especulación”, fue la explicación que dio en España el Fondo Numancia para exponer el profundo crash de las criptomonedas que seguirán a la baja y ahora han perdido la confianza.

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, tomó la iniciativa de convertir fondos de 2,500 millones de dólares en criptomonedas, entre ellas, el Bitcoin. El resultado primero fue halagador porque repartió a cada ciudadano la cifra de 300 valores virtuales equivalentes a la moneda salvadoreña en curso, alentó esa aplicación deseando hacer de El Salvador un país avanzado y primero en el mundo en aplicar estos valores virtuales. Hoy adeuda el 85 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB).

El problema es que ha perdido más del 60 por ciento de esos valores, por lo que la ayuda en dólares del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en su reciente visita, apenas fue un paliativo a una enorme crisis sumada a todos los problemas sociales y económicos que ya padecían.

Los 60 millones de dólares aportados por el presidente mexicano se diluyeron en las desesperadas maniobras de salvar algo de lo invertido en criptomonedas. Bukele ahora sufre para pagar un adeudo con el Banco Mundial de 800 millones de dólares, sin recursos para hacerlo, sería el primer país del mundo en quiebra por invertir en criptomonedas, a pesar de que el Fondo Monetario Internacional le hizo una serie de recomendaciones para no invertir en ese tipo de proyectos.

No hay defensa alguna para este sistema paralelo tecnológico, sin regulación de nadie. Hoy es en realidad un Robo-Coin que castiga la codicia de hacer dinero fácil, que es “carnita fresca” para los estafadores.

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