Los astronautas atrapados de la estación espacial internacional: se les rescatará en una nueva nave pero no podrán volver hasta septiembre

Aunque estaba previsto que los tripulantes de la Soyuz volvieran a finales de marzo, una nueva fuga en otra nave alargará la misión de la tripulación seis meses más

La estancia de los tres astronautas (los dos cosmonautas rusos Serguéi Prokopiev y Dmitri Petelin, además del estadounidense de la NASA, Frank Rubio) que se quedaron atrapados en la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) se alargará de marzo hasta septiembre. Así lo ha hecho público Roscosmos en un comunicado difundido por Tass, la agencia de noticias rusa. La misión tendrá una duración de seis meses adicionales, por lo que esta tripulación pasará en total un año a bordo de la ISS.

Los problemas empezaban cuando la nave Soyuz MS-22, en la que los tres habían viajado a la estación espacial en septiembre del año pasado, registró una espectacular fuga de líquido refrigerante que además fue retransmitida en directo, ya que justo en ese momento se estaba llevando a cabo una caminata espacial, que fue inmediatamente suspendida. La fuga duró horas, lo que provocó el vaciado de radiador de refrigerante utilizado para regular la temperatura del interior del compartimento de la tripulación. El problema se solucionó momentáneamente manteniendo una escotilla abierta a la ISS, pero en ese estado es imposible devolverla de vuelta con tripulación a bordo, tal y como contemplaba el plan inicial.

La principal teoría fue que el daño se había producido por el impacto de un micrometeorito. Imágenes difundidas hace unos días por la agencia espacial rusa revelan que la cobertura exterior de la Soyuz MS-22 está alterada. «La presencia de este agujero demuestra la causa de lo sucedido: daño externo», afirmó hace unos días Yuri Borisov, jefe de Roscosmos.

Mientras se investigaban las causas, también se puso en marcha el plan de rescate de los tres astronautas varados. Se barajaron diferentes opciones, pero finalmente se decidió que otra sonda, la Soyuz MS-23, fuera lanzada vacía hacia la ISS. Dicha nave partirá desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajistán) el 24 de febrero y llegará a la estación espacial dos días después. Con ella se pone fin al problema de la evacuación de la ISS: hasta ahora, si la tripulación de la estación hubiese tenido que abandonar las instalaciones, había solo cuatro asientos de la nave Crew Dragon de SpaceX, insuficientes para los siete astronautas que actualmente se encuentran allí.

Dos fugas en dos meses

El cambio de planes viene motivado por una segunda fuga en una nave de carga, la también rusa Progress MS-21, que llegó a la ISS desde octubre y que tuvo que desacoplarse el 18 de febrero por este incidente. La agencia rusa cree que la causa es la misma que en el caso de la Soyuz: «Un impacto exterior».

Basándose en fotografías y vídeos de la nave de carga, Roscosmos ha encontrado «agujeros» en la superficie exterior de la nave, entre ellos en un radiador y en los paneles solares. La agencia rusa ha descartado que se trate de un defecto de fabricación.

La agencia rusa ha afirmado también que esta prolongación del tiempo en el espacio -las misiones suelen durar solo seis meses- no supone ningún peligro para la salud de la tripulación, que «percibe positivamente esta extensión». Además, Roscosmos ha querido hacer hincapié en que no es la primera vez que ocurre: la misión del cosmonauta ruso Piotr Doubrov y del astronauta estadounidense Mark Vande Hei fue prolongada de seis meses a un año en 2021.

Ahora, la misión de los astronautas será realizar una serie de experimentos para «imitar los daños» con el fin de comprender el origen y «contrarrestar este tipo de amenaza», ya que se trata de la segunda vez en dos meses que ocurre un incidente similar.

Mostrar más
Botón volver arriba