REFLEXIONES

El poema de la Cosa

 

Dice don Juan de la Cosa, que una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa, pero que una cosa y otra cosa son todas la misma cosa.
¡Qué cosa!

Así que don Juan, que es buenmozo, anda en busca de otra moza que le lave la ropa y la cosa
¿Qué cosa?

-Sí, bien pensados: (cosa del verbo coser).

***

Y qué es la “Cosa”?

“Cosa” es, posiblemente, la palabra más usada del idioma castellano.
La cosa puede ser objetiva o subjetiva, abstracta o concreta. Pero ya sea una cosa o la otra, la cosa es que la cosa, identifica, explica o se aplica a cualquier cosa.
En relación con esta cosa de la cosa, veamos cómo pudiera actuar la cosa en la consulta de un galeno a la cual acude un paciente ya bastante entrado en años:

Doctor: Bueno, usted dirá qué cosa le trae por acá.
Paciente: Pues la cosa, doctor, es que desde hace un tiempo a esta parte, al levantarme por las mañanas siento una cosa rara, una cosa maluca, así como si todas las cosas me dieran vueltas en la cabeza.

Doctor: ¿Y qué tiempo hace que viene usted padeciendo eso?
Paciente: Hará cosa de un mes…

Doctor: ¿Ha tomado Ud. alguna cosa para lo que siente?
Paciente: La verdad doctor, es que me han recomendado mil cosas, pero yo no hago caso a las cosas que me dice la gente.

Doctor: Bueno, pues en primer término le diré que a mí me gusta ser muy claro en mis cosas.
Esa cosa que usted está experimentando, es una cosa que le suele pasar a las personas de edad avanzada como Ud. Y lo peor de la cosa es que para esa cosa, no se ha inventado todavía ninguna cosa.
Paciente: ¿entonces la cosa es seria?

Doctor: No hay duda que requiere atención. Yo le recomiendo tres cosas: la primera, es que tome Ud. las cosas con calma. La segunda cosa que le aconsejo, es que no vaya Ud. a hacer nada disparatado.
Paciente: ¿cosas disparatadas a mi edad?

Doctor: Bueno, se lo digo por aquello de que: “el diablo está en las cosas”.
Paciente: doctor ¡mire que usted dice unas cosas!

Doctor: La tercera cosa es que quiero que se tome esto que le estoy recetando por una semana. Si en ese lapso de tiempo Ud. nota que la cosa no mejora, vuelva para ver qué otra cosa podemos indicarle, porque tenemos que evitar que esto degenere en otra cosa, porque entonces sí que la cosa se pondría más difícil.
Paciente: Muy bien, doctor. Y ahora, quisiera Ud. decirme ¿Cuánto va a costarme esta cosa?

Doctor: Mire, hable con mi secretaria que es la que se ocupa de esas cosas.
Paciente (dirigiéndose a la secretaria): Dice el doctor que me diga cuánto es la cosa.

Secretaria: Cómo no, pero no se preocupe, que eso no es una cosa del otro mundo. Son solamente $100.000.
Paciente: ¿Qué cosa? Mire niña hasta dónde han llegado las cosas!

(Anónimo).

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