CORRUPCIÓN Y DERECHOS HUMANOS

“El lugar donde nacen los niños y mueren los hombres, donde la libertad y el amor florecen, no es una oficina ni un comercio ni una fábrica. Ahí veo yo la importancia de la familia” (G.K. Chesterton)
Por FerMan

Como hemos señalado en publicaciones anteriores, la familia es lo más importante de la sociedad y como tal, el Estado debe garantizar su permanencia. En ese sentido, el Doctor en Ciencias de la Educación, Manuel Ribeiro Ferreira enseña que, los principios sobre los que debe reposar la acción del Estado en materia de política familiar son los siguientes: “1. El reconocimiento de que la familia es la unidad fundamental de la sociedad y el medio natural para el crecimiento y bienestar de sus miembros. Cada familia es una unidad de vida social y personal. La familia no es una simple yuxtaposición de individuos. La familia es de alguna manera lo que son los individuos que la componen, las relaciones que se establecen entre ellos, el grupo que ellos forman, los valores que comparten o que disputan, los contactos y redes que mantienen con otras familias y grupos, el techo bajo el que habitan, las estrategias que desarrollan para vivir, sus pasatiempos, etcétera.

La segunda. La preservación de los lazos entre padres e hijos, independientemente de la fragilidad de la pareja conyugal. Es necesario garantizar las funciones parentales aun cuando se rompa el vínculo conyugal. 3. La aplicación de los principios de equidad entre hombres y mujeres de manera concreta en las relaciones al interior de una familia, entre el padre y la madre, el hermano y la hermana; estos principios de igualdad deben guiar toda la organización de la familia y el ejercicio de sus funciones, de manera que se favorezca el reparto justo de las tareas domésticas entre los miembros de la familia y el arreglo pacífico de los conflictos

El cuarto principio. El apoyo a las familias y sus integrantes a través de organizaciones públicas y privadas (organizaciones familiares, sindicatos, empresas, municipalidades, escuelas, servicios de salud, agencias gubernamentales y no gubernamentales, etc.). Por tal motivo, la política familiar debe ser multisectorial, es decir, debe desarrollarse a partir de la integración de la dimensión familiar de la vida de las personas en todos los sectores sociales, porque la familia constituye un medio de vida que está profundamente relacionado con los otros elementos de la vida social.

Quinto. La adaptación de la política, los programas y las prácticas a las necesidades de los diversos tipos de familias, respondiendo prioritariamente a las familias que presentan necesidades mayores. La política familiar debe estar dirigida a todas las familias, independientemente de su composición, tamaño o clase social, aunque por razones obvias las familias de sectores pobres y marginados son susceptibles de recibir el mayor impacto. Finalmente, 6. La consideración del entorno siempre cambiante en el que se desenvuelve la familia, el cual se ha transformado radicalmente a lo largo del presente siglo, para que los programas y acciones orientados hacia el bienestar familiar puedan estar a la altura de esos cambios” (sic).

De lo antes expuesto podemos darnos cuenta sobre la gran importancia que la familia tiene en la sociedad y por consiguiente, en la constitución de un Estado sólido, por lo que las políticas públicas deben fundamentarse en la perspectiva de familia y no en otro tipo de perspectiva que divide y contrapone a unos en contra de otros. Es así que, la familia antecede al Estado y por ende, a cualquier tipo de gobierno, por lo que, si bien no se puede permitir que el Estado se entrometa hasta en los más íntimo de la familia, si se le debe dar intervención para que regule la familia cuando, alguno de sus miembros transgrede algún derecho que implique una agresión a la esfera jurídica de cualquiera de sus integrantes.

En el mismo contexto, no podemos omitir señalar que, existen diversos instrumentos internacionales en materia de derechos humanos que protegen la institución de la familia, de los cuales estaremos hablando en próximas publicaciones debido a la trascendencia de sus postulados. Defendamos la familia, la vida y las libertades fundamentales, porque, así como la familia necesita a la sociedad y el gobierno, sin duda alguna, también el gobierno y la sociedad necesitan de la familia.

“Fiat Justitiae, Pereat Mundus”.

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