Por Carolina Aguilar.
Con la llegada del invierno este 21 de diciembre, la Plaza de Armas lo conmemora en silencio con la presencia silenciosa de una de sus cuatro Musas, que se trata de Hemis, la personificación romana del invierno.
Está postrada sobre su pedestal, a la vista de propios y extraños que pasean por la Plaza de la capital, acompañada de otras tres estatuas hermanas que representan las otras estaciones.
Sin ninguna placa que las caracterice o que dé a conocer a los interesados su procedencia, su realización o la fecha en que fueron puestas, se postran inmóviles, una en cada punta.
Hecha de hierro fundido, un material muy aclamado en los siglos XIX y XX, esta estatua tiene un origen francés y fue colocada entre los años 1892 y 1896, durante el mandato del ex gobernador Manuel Ahumada.
Siendo elaborada por el taller de fundición de arte Val d’Osne, el cual fue muy aclamado en su época debido a la realización de mobiliario urbano que llegó a diferentes rincones del planeta, siendo comúnmente vista en las ciudades mexicanas en sus plazas emblemáticas en la época del porfiriato.
Haciendo que estas Musas no solo pertenecieran a la ciudad de Chihuahua capital, sino que se puede encontrar una réplica casi exactamente igual en la ciudad chilena de Valparaíso, en su Plaza Victoria, la cual está adornada de igual manera con otros detalles de herrería fina.
A pesar de pasar desapercibidas muchas veces para los habitantes capitalinos, estas esculturas de más de 100 años están protegidas por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, ya que son patrimonio cultural de la capital.