Ahora van por la CNDH, que nadie se sorprenda si caemos en el autoritarismo vil
Por CACHO
De la manera más mezquina y sumisa, quien debiera preocuparse por defender a la institución que representa, propuso que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) desapareciera del mapa para que su lugar lo ocupe una entidad a la que denominó Defensoría Nacional de los Derechos del Pueblo.
Así las cosas, con Rosario Piedra Ibarra.
De acuerdo con informes de prensa, en su comparecencia ante la Comisión Permanente en San Lázaro dijo, y cito textualmente: “Estamos convencidos de que es necesario que la Defensoría Nacional de los Derechos del Pueblo emerja como una institución nueva”.
Ante los legisladores federales, la funcionaria nombrada por el ente que preside este país, Andrés Manuel López Obrador y que en todo este tiempo que lleva al frente del organismo (que antes era) autónomo no ha defendido a los niños y mujeres con cáncer y sin medicamentos, a los jóvenes masacrados por sicarios del crimen organizado, a los más de 160 mil muertos en este sexenio y a los 110 mil desaparecidos que quiere López convertir en 11 mil… dice que no sirve, que hay que cambiarlo.
Pues en la modesta opinión de, digamos, decenas de miles de mexicanos (me incluyo) lo que no sirve es la cabeza del organismo.
Ésa sí hay que cambiarla.
Tuvo la señora Piedra Ibarra la desfachatez de afirmar que “Hemos hecho nuestra parte: Somos el único órgano constitucional autónomo que ha emprendido su transformación por iniciativa propia para dejar atrás ese esquema que nos impuso el neoliberalismo y crear otra institución que realmente le sirva al pueblo mexicano”.
¿Acaso a quienes se menciona líneas antes no son parte del pueblo mexicano?
O está confundida o está muy… confundida.
Pero ése es el nivel del séquito del inquilino de Palacio Nacional, incluida la señora Piedra Ibarra a quien, por cierto, el senador Germán Martínez, del grupo plural le reclamó fundadamente que la CNDH evadió y no hizo recomendaciones contra los abusos de las autoridades en migración; desaparición de personas; en contra de los periodistas; en temas electorales; homofobia; desigualdad educativa, entre otros.
También que no actuó contra “el desplazamiento forzado, contra los discursos que promueven la división y el odio desde la tribuna de la Presidencia de la República”, para finalizar dándole la puntilla al mostrarle una fotografía de su madre, Rosario Ibarra de Piedra, junto con Cuauhtémoc Cárdenas y Manuel J. Clouthier y le advirtió que “esta fotografía, si usted guarda silencio frente a las violaciones, frente al dinero impúdico que se entrega a Claudia Sheinbaum, le queda grande. Le queda grande la Comisión de los Derechos Humanos y le queda grande el recuerdo de su madre”.
Pero le ajusta bien la palmadita en la espalda de ya saben quién.
No vale la pena ampliar en el tema, esta vez, seré así de breve, pues no deseo dedicarle más atención a un personaje tan gris y servil con el hombre que hoy ostenta el poder por las buenas y por las malas, pues no conoce límites para cumplir con sus aviesos propósitos. Por eso quiere López desaparecer los organismos autónomos y sigue pisoteando la Constitución.
La sociedad mexicana debe despertar y actuar en consecuencia ante un hombre que comete crímenes al amparo del poder que le da la investidura presidencial, que le fue impuesta por métodos democráticos.
Pero ahora esos métodos no le sirven y trata de destruirlos.
Pues, se tenía que decir… y se dijo.