“Las dictaduras no siempre mueren cuando el dictador deja el cargo” (Mohamed Nasheed)
Por FerMan
Existen seres humanos que no escatiman estrategias para lograr sus objetivos, lo cual por cierto no está mal, cuando se trata de conseguir objetivos positivos, pero cuando se utilizan para lo negativo, se debe poner un alto a dicha persona. Lo anterior lo señalo con respecto a las reformas que el presidente Andrés Manuel López Obrador propuso a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, siendo 20 iniciativas que, a escasos meses para que deje el cargo, propone con la intención de perpetuar su ideología política, entre las cuales se encuentran, reducir el congreso, revertir las últimas reformas de pensionados, decidir sobre la elección de jueces y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación mediante el voto popular y militarizar la seguridad pública, entre otras.
Además, una de estas reformas se encuentra relacionada con los pueblos indígenas y afromexicanos, indicándose en la iniciativa que deberá consultarse a dichas comunidades cuando se vaya a realizar algún proyecto que impacte en su cultura, territorio o forma de gobierno, lo que es una ironía por parte de AMLO, pues él mismo ha sido quien ha violentado este derecho que aún sin estar expresamente en la Constitución Mexicana, es un derecho humano que tienen todas las comunidades indígenas, pero que López Obrador, con su proyecto del Tren Maya, violentó escandalosamente sin importarle consulta alguna. Así mismo, además de otras reformas de índole dictatorial, propone que la Guardia Nacional pertenezca a la SEDENA, para que la seguridad civil sea militarizada, para evitar, según lo indica, que se corrompa con sucedió con la antigua Policía Federal.
Esto por consiguiente va en contra de los tratados internacionales que en materia de derechos humanos ha firmado el Estado Mexicano, además de contravenir diversas recomendaciones que organismos internacionales de derechos humanos han realizado constantemente al Estado Mexicano para que la seguridad civil esté a cargo de una autoridad civil y no castrense, recomendaciones que AMLO constantemente incumple.
Otra de las reformas, en el mismo sentido, que propone López Obrador, no menos peligrosa que las anteriores, es la de elegir a jueces y ministros del Poder Judicial Federal a través de elección popular, dando la estocada de muerte a la división de poderes y pretendiendo constituirse en un gobierno dictatorial, como ya se observa en otros países como Venezuela, Nicaragua y Cuba.
Estas lamentables propuestas para reformar la Constitución Federal contienen mucho veneno para los principios democráticos de nuestra nación, con las cuales se pretende acabar con todo aquello que se oponga a las decisiones que tomen quienes se encuentran en el poder, por supuesto, en el poder ejecutivo federal, quedando debilitados los otros poderes sin que exista un verdadero contrapeso de poder.
Por tal razón, los mexicanos debemos estar alertas y exigir a nuestros representantes del Congreso de la Unión que de ninguna manera aprueben dichas iniciativas de reforma, porque sin duda alguna, estarían legislando en contra del pueblo mexicano.
“Fiat Justitiae, Pereat Mundus”.