CORRUPCIÓN Y DERECHOS HUMANOS

“Una papeleta de voto es más fuerte que una bala de fusil” (Abraham Lincoln)
Por FerMan

Nuestra democracia no solo corre riesgo, sino que se halla en peligro constante, entendido el riesgo como la posibilidad de un peligro concreto y el peligro como un riesgo concretado, lo cual se puede advertir de las acciones que día a día realiza el presidente Andrés Manuel López Obrador. En la actualidad, México se encuentra en la primera línea de países del Continente Americano donde peligra la democracia representativa, debido a que AMLO de manera reiterada, limita la libertad de expresión, acusa e intimida a quienes lo critican y debilita la división de poderes.

En estos casi seis años de su administración, con su proceder ha debilitado las instituciones políticas, sociales y jurídicas que tanto han costado a los mexicanos, lo que ha traído como resultado, la concentración de la riqueza en pocas manos, la ampliación de la brecha de desigualdades y pobreza, una delincuencia organizada en ascenso, la cooptación de poderes públicos por el narcotráfico, el asesinato de periodistas, líderes comunitarios y defensores de derechos humanos, el aumento de feminicidios, el colapso de los servicios de salud, educación y seguridad pública, la devastación de las selvas, la pérdida de confianza en las instituciones, la desmoralización de la gente para participar en los procesos político electorales, la violación sistémica de los derechos humanos de muchos mexicanos y un largo etcétera.

Para ello, AMLO repite varias veces, aprovechando sus mañaneras, una frase para enquistarla como una verdad irrefutable, como si fuera la única versión respecto de lo que consideramos democracia. En este sentido, su principio de democracia incorpora la confrontación, el odio ante lo diverso, lo diferente y lo opuesto a su ideología, aplicando a su favor el conocido lema “divide y vencerás”. Y es por ello que, las propuestas de reformas a la constitución llevan todo el veneno antidemocrático para eliminar, entre otros, -la participación en la dirección de los asuntos públicos, directamente o por representantes libremente elegidos, – el votar y ser elegidos en elecciones periódicas auténticas, realizada por sufragio universal y por voto secreto que garantice la libre expresión de los votantes y -evitar que otros accedan a las funciones públicas del país-, en pocas palabras, pretende un mandato indefinido, ya no para él, sino para sus sucesores.

Todo esto trastoca la división de poderes, creando una arquitectura política riesgosa al intentar homogenizar o unificar la función legislativa y judicial, afectando con ello los derechos humanos de los mexicanos. Sin embargo, lo que tal vez desconozca el presidente López Obrador y sus seguidores es que, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ya se pronunció en la Opinión Consultiva OC-28/2021 del 7 de junio de 2021 con respecto a la figura de la reelección presidencial indefinida en sistemas presidenciales en el contexto del sistema interamericano de derechos humanos, mediante la cual concluyó, entre lo más relevante que, “el ejercicio efectivo de la democracia en los Estados americanos constituye una obligación jurídica internacional, dejando de ser un asunto de jurisdicción doméstica, interna o exclusiva; por ello, los elementos y componentes de la democracia representativa, reconocidos en la Carta Democrática Interamericana, definen las características básicas de una democracia representativa, sin las cuales un sistema político dejaría de tener tal carácter en el cual, el respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales es uno de los elementos constitutivos de una democracia representativa”.

Así mismo la Corte resaltó que, “el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al Estado de Derecho, forman un elemento constitutivo de la democracia representativa. Lo que significa que el ejercicio del poder se encuentra sometido a reglas, fijadas de antemano y conocidas previamente por todos los ciudadanos, con el fin de evitar la arbitrariedad, por lo tanto, estas reglas no pueden ser modificadas sin ningún límite por quienes temporalmente se encuentran ejerciendo el poder político”, como en este caso lo pretende realizar AMLO con su propuesta de reformas a la Constitución.

Es así que, tanto la Carta Democrática como el artículo 23 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y el artículo XX de la Declaración Americana, establecen la obligación de realizar elecciones periódicas, por lo que, “la perpetuación en el poder, o el ejercicio de éste sin plazo alguno y con manifiesto propósito de perpetuación, son incompatibles con el ejercicio efectivo de la democracia”. La alternancia en el poder debe ser una posibilidad real y efectiva y no simple discurso político del gobernante en turno. En el mismo contexto, el Tribunal consideró que la separación de poderes guarda estrecha relación con el propósito de preservar la libertad de los asociados, bajo el entendido de que la concentración del poder implica tiranía y la opresión.

La separación e independencia de los poderes públicos supone la existencia de un sistema de control y de fiscalizaciones, como regulador del equilibrio entre los poderes públicos. En síntesis, los principios de la democracia representativa incluyen, además de la periodicidad de las elecciones y el pluralismo político, las obligaciones de evitar que una persona se perpetúe en el poder, y de garantizar la alternancia en el poder y la separación de poderes. En este tópico es importante resaltar que, el artículo 32 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, señala que, “los derechos de cada persona están limitados por los derechos de los demás, por la seguridad de todos y por las justas exigencias del bien común, exigencias que requieren que se establezcan salvaguardas a la democracia para evitar la perpetuidad en el poder de una sola persona”.

En la práctica, la permanencia en el poder de un presidente por un largo periodo de tiempo afecta la independencia y la separación de poderes. Es por lo antes señalado que, en las próximas elecciones de este 2024 y a efecto de continuar ejerciendo nuestros derechos y libertades fundamentales, debemos reflexionar nuestro voto para evitar que México se convierta en un país antidemocrático, tal y como lo pretenden convertir los seguidores de la 4T.

“Fiat Justitiae, Pereat Mundus”.

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