CORRUPCIÓN Y DERECHOS HUMANOS

“Hasta los sentimientos buenos, si se exaltan en demasía, son capaces de conducirnos a errores deplorables” (Jaime Balmes)
Por FerMan

La noche del pasado viernes 22 de marzo de este 2024, la Cámara de Diputados aprobó la reforma penal que violenta auténticos derechos humanos al prohibir y sancionar las llamadas terapias de conversión o reorientación sexual de las personas, mejor conocidas como Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual e Identidad de Género (ECOSIG). Esta lamentable reforma fue aprobada con 267 votos a favor, votos correspondientes a los partidos de Morena, Partido del Trabajo, Partido Verde y del Movimiento Ciudadano, en contra votaron 104 diputados del Partido Acción Nacional y del Partido Revolucionario Institucional, así mismo hubo 33 abstenciones.

La reforma consistió en adicionar el Capítulo IX al Código Penal Federal correspondiente a los “Delitos contra la Orientación Sexual o la Identidad de Género contra las Personas”, reforma que también impacta en el artículo 465 de la Ley General de Salud. Esta reforma se regresó al Senado para la discusión de la aprobación final. En lo esencial, esta reforma señala: “Se sancionará con dos a seis años de prisión y multa de mil a dos mil veces el valor diario de la Unidad de Medida y Actualización, (lo que equivale en la actualidad, de ciento ocho mil quinientos setenta a doscientos diecisiete mil ciento cuarenta), a quien realice, imparta, aplique, obligue o financié cualquier tipo de tratamiento, terapia, servicio o práctica que obstaculice, restrinja, impida, menoscabe, anule o suprima la orientación sexual, identidad o expresión de genero de una persona”.

Esta pena se duplicará si estos actos se realizan “en contra de personas menores de 18 años, adultas mayores o con alguna discapacidad”, en el caso de las penas subirán de cuatro a doce años de prisión y la multa equivaldrá de doscientos diecisiete mil ciento cuarenta a cuatrocientos treinta y cuatro mil doscientos ochenta. Si bien existió oposición por parte de algunos diputados tanto del PAN como del PRI, desafortunadamente la gran mayoría se abstuvo o no estuvo presente. El problema de esta reforma es que deja sin derecho alguno a quienes, teniendo una orientación sexual, identidad o expresión de género distinta a su sexo biológico y quiera o necesite recibir ayuda para contrarrestar dicha condición, no lo podrá hacer, lo cual es una paradoja.

Los diputados desconocen lo que ha estado sucediendo en otros países con respecto a este tema, donde ya han tumbado las leyes que permitían el cambio de sexo en los menores de 18 años por considerarse sumamente nocivas para la salud de las personas, como lo sucedido en Inglaterra, debido a que, muchos de los niños que se sometieron a este tipo de hormonización para cambiar de sexo, se han estado arrepintiendo y ahora han estado demandando tanto al Estado como a las empresas sanitarias por haberles permitido y realizado dicho cambio sexual cuando su madurez física e intelectual aún no se encontraba totalmente desarrollada.

Esta reforma es un contrasentido, se trata de un tema tan trascendental que no se puede ni se debe resolver con la creación de un simple delito a capricho de unos cuantos, porque las consecuencias son muy perjudiciales tanto para quienes tienen esta condición humana como para quienes tratan de apoyarlos, para ello se debe acudir a conocimientos filosóficos, biológicos, éticos, científicos y psicológicos, entre otros, saberes que sin duda, desconocen los diputados.

Dios quiera que dicha reforma no sea aprobada por el senado, porque estamos condenando a nuestra niñez al abismo de una oscuridad sin límites, pues dicha reforma resulta una criminalización injusta, parcializada y llena de ideologías perversas.

“Fiat Justitiae, Pereat mundus”.

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