CORRUPCIÓN Y DERECHOS HUMANOS

“Un padre y una madre unidos en matrimonio, tomados de la mano y paseando con sus hijos en brazos, será el gesto más revolucionario e intrépido en este decadente siglo” (H.K. Chesterton)
Por FerMan

Los ministros de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación han emitido una sentencia que, de alguna manera, pareciera que están regresando, al menos de manera temporal, a la cordura jurídica. En este caso me refiero a la sentencia revocada derivada del amparo otorgado a favor de un ciudadano en el año 2021, en el estado de Puebla, en la cual, un juez de Distrito le había concedido la tutela de la justicia a su favor al reconocerle a dicho ciudadano, la protección constitucional de todas las formas de familia, incluyendo el poliamor.

No obstante, con cuatro votos a favor y uno en contra, los ministros de la Primera Sala, de manera sorprendente, revocaron dicha sentencia, rechazando la posibilidad de contraer matrimonio o vivir en concubinato con múltiples personas de manera simultánea, esto es, viviendo en poliamor. En este caso, el ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo, señaló en su proyecto que las relaciones poliamorosas podrían conducir a situaciones de desigualdad y discriminación, afectando de manera particular a los niños y mujeres, debido a que las mismas no han sido reconocidas por la sociedad mexicana, difiriendo histórica, contextual y estructuralmente del matrimonio o concubinato que si es aceptado por la gran mayoría de los mexicanos.

Así mismo, refirió en su sentencia, que dichas relaciones poliamorosas, en todo caso, deben ser reguladas por los congresos de los estados a efecto de proteger los derechos de todos los involucrados, evitando de esta manera situaciones de desventaja y de posibles desigualdades dentro del matrimonio y de las relaciones familiares. Si bien, en esta sentencia aún se defiende la institución del matrimonio o concubinato, desafortunadamente deja abierta la puerta para que, en un futuro, fundamentándose en ideologías perversas, a través de los congresos locales o bien del Congreso de la Unión, se regulen las relaciones fuera del matrimonio, como el poliamor, entre otras.

El matrimonio natural, realizado entre un hombre y una mujer, debe ser protegido por el estado y la sociedad, debido a que, gracias a dicha unión, se cumple con una de las principales leyes de la naturaleza humana, la propagación de la especie, la cual es la base y fundamento de todo Estado. Es así que, se debe tener mucho cuidado en permitir y legalizar relaciones humanas que desvirtúan o destruyen la institución del matrimonio, porque de lo contrario, se estaría permitiendo y legalizando la destrucción tanto del Estado como de la sociedad en general.

“Fiat Justitiae, Pereat Mundus”.

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