A DECIR VERDAD

Jaime está libre, pero la libertad de expresión ha sido trastocada
Por Rubén Iñiguez/
La Voz de Jalisco

Recientemente, hemos sido testigos de un acontecimiento que nos recuerda la fragilidad de uno de los pilares fundamentales de nuestra sociedad: la libertad de prensa. El caso de nuestro colega Jaime Barrera, afortunadamente encontrado con vida tras su desaparición, es un escalofriante recordatorio de los peligros que enfrentan los periodistas en el ejercicio de su labor. Pero más allá de ser un incidente aislado, representa un ataque directo a la libertad de expresión, un derecho que no podemos permitir que se vea socavado.

La libertad de prensa no es solo un principio abstracto; es la piedra angular sobre la cual se construyen sociedades democráticas y transparentes. Cuando un periodista es silenciado, no solo se atenta contra su integridad personal y su derecho a informar, sino que se cercena la voz de miles de personas que dependen de ellos para estar informados y para ejercer su derecho a saber.

En tiempos donde la desinformación y la manipulación de la verdad abundan, el papel de los periodistas es más crucial que nunca. Son ellos quienes nos mantienen informados, quienes nos brindan los hechos necesarios para formar opiniones informadas y tomar decisiones conscientes como ciudadanos. Son la voz de los que no tienen voz, los que denuncian injusticias y destapan la corrupción.

Por eso, debemos defender de manera irrestricta la libertad de prensa. No podemos permitir que el miedo y la intimidación silencien a aquellos que luchan por la verdad y la justicia. Es responsabilidad de todos garantizar un entorno seguro y propicio para que los periodistas puedan llevar a cabo su labor sin temor a represalias.

En última instancia, la defensa de la libertad de prensa es la defensa de nuestra propia democracia. Sin medios libres e independientes, no hay sociedad democrática que pueda florecer. Por ello, debemos permanecer vigilantes y unidos en la protección de este derecho fundamental, porque cuando se ataca a un periodista, se ataca a todos nosotros.

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