A DECIR VERDAD

Los asesinatos de políticos en México: Una Amenaza a la Democracia
Por Rubén Iñiguez/
La Voz de Jalisco

La reciente ola de asesinatos de 25 candidatos a cargos de elección popular en todo el país, el más reciente ocurrido en Pihuamo, Jalisco, es un recordatorio doloroso y preocupante de los desafíos que enfrenta México en su camino hacia una democracia plena. Estos actos atroces no sólo representan la pérdida irreparable de vidas humanas, sino que también socavan gravemente la confianza en el proceso democrático y desalientan la participación ciudadana.

La violencia política no solo arrebata vidas, sino que también busca erosionar los cimientos mismos de la democracia, minando la confianza del pueblo en sus instituciones y en el proceso electoral. Al sembrar el miedo y la desconfianza, los perpetradores de estos crímenes intentan coartar la participación ciudadana y manipular el resultado de las elecciones a su favor.

Es especialmente preocupante cómo estos actos de violencia pueden desincentivar el voto y la participación activa en la vida política del país. La ciudadanía, justamente alarmada por la inseguridad y la impunidad, podría optar por mantenerse al margen de un proceso que perciben como peligroso, corrupto y poco transparente. Esto, a su vez, beneficia a aquellos que buscan perpetuarse en el poder utilizando estrategias basadas en el clientelismo y el asistencialismo.

La manipulación del voto a través de programas de asistencia social y favores políticos es una afrenta directa a los principios democráticos. El voto debería ser libre y basarse en la convicción ciudadana, no en la coacción o el intercambio de beneficios. La búsqueda del voto corporativo, mediante la manipulación de necesidades legítimas como el apoyo a adultos mayores o las becas para estudiantes, distorsiona gravemente el proceso democrático y socava la legitimidad de los representantes electos.

Ante esta lamentable realidad, es imperativo que las autoridades actúen con determinación y contundencia para garantizar la seguridad de los candidatos y proteger la integridad del proceso electoral. Además, es fundamental que la sociedad en su conjunto rechace categóricamente la violencia política y defienda con firmeza los valores democráticos.

La violencia política no únicamente amenaza la vida de individuos valientes que aspiran a servir a su comunidad, sino que también pone en peligro el futuro mismo de la democracia en México. Es responsabilidad de todos trabajar juntos para erradicar este flagelo y construir un país donde la participación ciudadana sea valorada y protegida, y donde el voto represente verdaderamente la voluntad del pueblo.

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